Conocí Manuel Vicent hace 19 años cuando me contó acerca de la aparición en una playa de la costa del mediterráneo a Ulises con su esmoquin como si se acabara de casar, pero había desaparecido en un naufragio 10 años atrás, dejando a su esposa y el hijo de ambos sumergidos en una tristeza profunda pues sólo apareció la embarcación sin él. Lo más sorprendente es que en otro lugar no muy lejano al sitio flotando entre las olas trajeron a su esposa vestida con un atuendo que parecía ser de una novia, sin embargo ella de nombre Martina al desaparecer Ulises con el tiempo contrajo nuevas nupcias y con su segundo matrimonio tuvo dos hijas, pero ahora aparecían los dos en la playa como si hubiesen muerto después de su boda y el mar los hubiera regresado a su lugar de origen, algo que se tornaba muy extraño.
Esta historia la supe al leer “Son de mar” novela que por su calidad literaria obtuvo el Premio Alfaguara 1999, así me lo contó y a muchos lectores que tuvimos la oportunidad de leerlo, después seguí algunas de sus novelas y tuve la oportunidad de conocerlo personalmente y charlar brevemente en un “Hay festival” en esta ciudad hace algunos años.
Ahora nuevamente se hace presente con la publicación de “Lecturas con daiquiri”, un libro que rescata algunas de sus colaboraciones que aparecieron en el periódico El país, en donde es uno de los más veteranos colaboradores, ahora los textos aparecen como una crónica de acontecimientos, con su particular forma de ver la vida, como lo menciona, las páginas de este libro son para ser leídas con una copa en la mano y de ser posible con un daiquiri y con ello rememorar los días felices del pasado reciente, recordar los veranos pero también los inviernos, reflexionar a la distancia sobre los sueños derrotados. Este libro como lo menciona, es algo que se quedó guardado en un armario durante mucho tiempo y en un momento determinado salen nuevamente para ver la luz pero sobre todo el acercar a otras generaciones. No sólo sorprende a sus seguidores, el mismo queda sorprendiendo nuevamente al rememorar sus escritos, como lo menciona, cuando fueron leídas sus crónicas, reportajes, artículos y variados escritos cumplieron su misión, ahora toman su segundo aire y los ofrece en una crónica de hechos en el tiempo, volviendo a nadar en el mismo río recordando el pasado, sintiéndose satisfecho por esta palanca del rememorar que le ayuda a sortear la vida con mayor felicidad.
Durante una entrevista que le realizaron recientemente por la aparición de este libro comentó que la escritura en papel sigue teniendo autoridad y un prestigio por ser un documento inamovible con sus aciertos y errores a diferencia de lo digital que puede ser modificado, corregido, alterado y abunda al mencionar que dentro de poco tiempo las redes se irán comiendo el papel hasta inundarlo todo y el cerebro humano aceptara esta nueva cultura por completo.
Pero se corre un peligro con estas nuevas formas no solo de leer, también de opinar ahora con apretar las yemas de los dedos sobre un teclado se le da espacio a los fanáticos, el bien y el mal, la infamia y también la felicidad. Desde su punto de vista concluye con una metáfora sobre lo digital con el retroceso de la inteligencia.
Xalapa2000@nullhotmail.co