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Reforma

El Papa Francisco despidió el 2018 recordando a aquellos que viven en situaciones de esclavitud. Ante cardenales, obispos, sacerdotes, diplomáticos, invitados especiales y fieles en general, el Pontífice aseguró que Dios envió al mundo a su hijo para restituir a los humanos su dignidad.

Entonces instó a detenerse para reflexionar -con dolor y arrepentimiento- porque, también en este año que llega a su fin, muchos hombres y mujeres han vivido y viven en condiciones de esclavitud, indignas de personas humanas, dijo.

Un fenómeno que, siguió, también ocurre en la ciudad de Roma.

«En particular, pienso en tantas personas sin hogar. Son más de 10 mil. Su situación es especialmente dura en los meses de invierno. Todos son hijos e hijas de Dios, pero diferentes formas de esclavitud, a veces muy complejas, los han llevado a vivir al borde de la dignidad humana», indicó.

Continuó asegurando que la Iglesia de Roma no quiere ser indiferente a las esclavitudes del tiempo actual, ni simplemente observarlas y socorrerlas, sino que quiere estar dentro de esa realidad, cercana a esas personas y a esas situaciones.