Planear es construir el futuro a nuestra conveniencia en lugar de aceptarlo como viene.

El 28 de diciembre pasado, fecha emblemática por lo que se celebra en el mundo cristiano, se publicó en la Gaceta Oficial del estado la nueva Ley de Planeación del Estado de Veracruz que ya ha entrado en vigor.
De su detenida lectura se desprenden varias cosas muy interesantes que afectarán significativamente a los 212 municipios de Veracruz que bien valen la pena comentar, después de hacer un análisis más profundo de lo que aprobaron los diputados de la LXV Legislatura del Estado. De entrada podemos afirmar que la nueva Ley de Planeación tiene cosas positivas y algunas otras que no lo son tanto.
Hablemos de lo positivo primero, es muy buena señal que el Ejecutivo Estatal haya propuesto una nueva Ley pues denota el interés por planear el desarrollo del estado, facultad que le es conferida por la propia Constitución y que queda reflejada en este nuevo ordenamiento legal.
Cosa buena es la idea de reestructurar el sistema estatal de planeación democrática que dicho sea de paso no servía para nada, pues lo contenido en la anterior Ley de Planeación que ha quedado abrogada, nunca fue verdaderamente respetado.
Otro punto positivo es que, gracias a la nueva Ley, los ayuntamientos deberán establecer procesos de planeación específicos que pasan por la elaboración y actualización de sus planes municipales tomando en cuenta el Marco Lógico. Los Programas Presupuestarios Anuales, la gestión basada en resultados, la elaboración de indicadores, la participación social efectiva, etcétera. Todo ello obliga a los ayuntamientos a comenzar a planear en serio; a mejorar sus estructuras orgánicas gubernamentales, establecer procesos modernos y funcionales, construir sistemas, matriz de indicadores, manuales y cartas de servicios, capacitar a su personal y contratar perfiles realmente preparados y adecuados, en suma a realizar buenos gobiernos con gestión de calidad, con resultados y orientados a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, a detonar el desarrollo económico con criterios de sustentabilidad, respeto a los derechos humanos y la igualdad.
Es decir, los ayuntamientos deben empezar a tomarse en serio la planeación estratégica y comprender que esta no termina con la elaboración del Plan Municipal de Desarrollo, sino que es un infinito proceso que pasa por la planeación, presupuestación, ejecución, evaluación y mejora constante con la participación de todos.
No obstante, la nueva Ley de Planeación para el estado de Veracruz, tiene fallas y retrocesos, algunos muy graves pero que pueden corregirse, el primero y más serio es que vulnera la autonomía municipal en varios artículos que pretenden que los ayuntamientos rindan cuentas, reportes e informes al Poder Ejecutivo a través de la SEFIPLAN y el Consejo Estatal de Planeación Democrática del Estado, lo que a todas luces viola la Constitución y podría derivar en un juicio de inconstitucionalidad de parte de algún ayuntamiento que seguramente lo ganaría fácilmente dejando muy mal parados a los diputados que la aprobaron y al propio Ejecutivo Estatal cuyos asesores jurídicos no le pusieron sobre aviso de esta anomalía en la nueva Ley que ya está en vigor.
Por otro lado existe un retroceso pues borra de un plumazo a los Institutos Municipales de Planeación recientemente incluidos en la Ley abrogada, elimina la visión estratégica de hasta veinte años de los Planes Municipales de Desarrollo, vuelve a la vieja práctica de no establecer los tiempos para la revisión y observación de dichos planes por parte del Congreso, lo cual siempre ha derivado en la simulación e inacción en materia de planeación municipal.
En suma, esta recién nacida Ley debe ser seriamente analizada por quienes verdaderamente saben de planeación estratégica gubernamental, que definitivamente no es igual a la planeación empresarial, industrial o académica, pues tiene más bemoles que éstas últimas. Debe ser analizada también por constitucionalistas, para asegurar la división de poderes, el respeto a los otros ámbitos de gobierno, pues en aras de tratar de coordinar la planeación estatal y federal con la municipal, ha quedado vulnerable el concepto de Municipio Libre.
Lo positivo de todo esto, repito, es la intensión de dotar a Veracruz de un sistema de planeación democrática y participativa real, pero lo mejor es que esta Ley aún está a tiempo de mejorarse, corregirse y aumentarte, pues si bien es cierto, la Ley de Planeación anterior era obsoleta, limitada y no operaba, por lo cual habíamos sugerido desde pasadas legislaturas más que reformas una, nueva, pero también es cierto que Veracruz merecía una Ley de Planeación moderna, articulada, con visión estratégica con horizontes a 30 y 40 años, con fechas claras de entrega, revisión, observaciones, aprobación y de actualizaciones que la nueva Ley dejó de lado y sobre todo, que respetara la autonomía municipal. Ojalá el legislativo corrija por el bien de Veracruz.
Desafortunadamente por cuestión de espacio y lo extenso de este tema, no es posible hacer aquí un análisis profundo, pero los invito a todos a leer y conocer esta nueva Ley de Planeación para Veracruz.
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