MUCHA FALTA le hace al tricolor, ponerse al día.

Mucha falta le hace en estos momentos definir el rumbo que seguirá en los próximos años, sobre todo, ante un partido, ahora en el gobierno, que buscará perpetuar su estancia en Palacio Nacional, en la mayoría de los Estados y en casi todos los municipios del país.

Mucha falta le hace, de una buena vez, renovar su dirigencia con personajes que sepan jugársela con todo.

Hay, para los efectos, muchos políticos que ya están probados, que han sabido conducirse con discreción y que representan, de alguna manera, la posibilidad de que en poco tiempo, el priismo, vuelva por sus propios fueros.

Y no estamos hablando, solamente, de los que han alzado la mano, sino de muchos otros más, como es el caso específico de Jorge Moreno Salinas, que no haría un mal papel y que, de acuerdo a declaraciones hechas no hace mucho tiempo, sí le gustaría ponerse al frente de su partido.

Ahí esta, de la misma manera, Erika Ayala Ríos, quien ha sabido manejar los asuntos políticos con gran certeza, sobre todo, ahora que es coordinadora de la bancada priista, que si bien son pocos, se saben defender en los asuntos que se les han confiado.

Ya no son tiempos de conflictos internos, tampoco de los electorales, pero sí de reconciliarse, tanto con su militancia, como hacia afuera, es decir, con sus propios contendientes, porque no estaría nada mal que se apoyaran los proyectos del presente, aquellos que sean viables y que se consideren de beneficio general de los mexicanos.

Para el PRI, es urgente hacer lo que tiene que hacer, sencillamente, porque vienen nuevos tiempos en que las cosas tomarán rumbos distintos y porque hay quienes renunciando a su militancia tricolor, se suman a otras organizaciones políticas que ya están caminando con certeza en estos tiempos en que se hace política a río revuelto.

Así son las cosas, así se ven desde la barrera, dentro del ruedo político, porque no hay que negar que nadie parece tener una sola dirección, hablando del PRI y de otros partidos políticos que no salen, todavía, del estupor que las causó la victoria del partido político de López Obrador.

Por ello, el PRI, tiene que buscar reacomodarse y dar a entender que no esta muerto, que solamente ha sufrido el desgaste natural de tantos años de haber tenido el poder en sus manos, aunque, por compromisos políticos y conveniencias de grupos, este poder se lo hayan prestado en algunas ocasiones, como fue el caso del PAN, que sin embargo, no aprovechó la oportunidad y se desmoronó bajo sus propias ambiciones políticas.

El PRI, es un partido debidamente constituido, pero que necesita, de todos modos, revisar su estructura y reorganizarse para entrar de lleno en las próximas contiendas electorales, donde se le reconozca el trabajo realizado a través de varias décadas y vuelva, de nueva cuenta, al escenario político nacional y estatal, pues como se ha dicho, seguramente que con la poca de vida que le queda, pueda resucitar, porque eso sí, nadie puede negarlo, el tricolor sigue vivo y puede dar, como hemos comentado en varias ocasiones, la sorpresa inesperada en la vida política y electoral.

Por eso, se insiste en que el PRI, requiere de una nueva oportunidad y seguramente que la buscará sin mayores problemas, siempre y cuando, los que han impedido que pueda caminar, se retiren voluntariamente.

Al PRI lo traicionaron, tanto los que ya no estaban, pero que en determinado momento fueron parte de su estructura, como de los que permanecían dentro, porque atendieron más a sus propios intereses que los de su propio grupo político.

El PRI, volverá con los leales, con los combatientes, con los que, de plano, no se rajan, pero antes necesita renovarse, ponerse al día, y enfrentar los nuevos retos de la vida política de México, y de Veracruz, indudablemente.

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¿PUES, QUE NO ERA Venezuela, donde Nicolás Maduro, protestaba para un segundo periodo de gobierno?

Porque según se sabe, el hijo predilecto de Hugo Chávez, lanzó un Viva México, cuando rendía protesta en segundo periodo de gobierno. Dicen algunos que pudo equivocarse, pero no fue así, sino sencillamente, que devolvía la cortesía al gobierno mexicano, quien se negara a firma el acuerdo de Lima, donde se manifestaba repudio por la forma en que Maduro, llegó nuevamente, por decirlo de esta manera, al gobierno de Venezuela.

Y es que el gobierno de México, se negó a firmar estos acuerdos, no tanto porque quisiera respetar su principio de no intervención, como se dijo, disculpando esta postura, sino porque hay de por medio una relación importante entre los dos gobiernos, diríamos más bien, entre los dos gobernantes.

Con esta posición política de México, respecto al desacuerdo con los demás países que se encuentran dentro de esta organización, lo que queda, solamente, es que el gobierno mexicano, decida, en poco tiempo, apartarse de este grupo de gobernantes. Porque su negativa hace pensar que ya no tiene nada que hacer y menos que aprobar, ya que de aquí en adelante, no habrá acuerdo del grupo de Lima, que quiera firmar y más si dichos acuerdos se vean, aunque lejanamente, ligados a gobiernos como el de Venezuela, que por un periodo más mantendrá sometidos a los venezolanos, a la voluntad del Presidente.

Así es que Maduro, gritó un Viva México, cuando los mexicanos, ni siquiera lo han tomado en cuenta y es más, sabe bien el Presidente venezolano, que aquí no lo quieren.

Y no ha tenido que pasar mucho tiempo para que se diera cuenta de esta situación, pues apenas hace un mes con diez días, que le negaron la bienvenida cuando pretendía asistir a la ceremonia de rendición de protesta de Andrés Manuel López Obrador.

Así es que, nada de Viva México, que no es su país.

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