*Fundó el diario del Partido Católico Nacional: La Nación.

*Filtrado entre zapatistas vendía baratijas y fue homeópata auxiliando a los heridos.

*Libró órdenes de aprehensión y en dos ocasiones salvó del paredón.

“El sueldo del periodista no alcanza para una semana”: Gabo.

Alfonso Mora Chama

Interesante conocer la otra versión de quien ahora convertido en santo, se le recuerda en estas tierras cafetaleras, por su entrega a la causa humana que se necesitaba a consecuencia de la tragedia del temblor en 1920…Rafael Guizar y Valencia. El personaje que tuvo que entregarse al secretario de gobernación callista, Adaberto Tejeda, para salvar a sus hermanos y cuñadas detenidos por el gobierno de Elías Calles…a punto de ser fusilados.

La iglesia maneja el aspecto religioso de Guizar y Valencia, como en su tiempo lo hizo con el cura Miguel Hidalgo, incongruentemente satanizado por el clero, cuando ambos – no es nuestro propósito compararlos – demostraron la casta valiente y el liderazgo que en estos momentos brillan por su ausencia, que no sean solamente liderazgos enmascarados. Pero el amigo de los humildes y de los campesinos de la zona de Coatepec, Teocelo y municipios aledaños, demostró ese valor que lo ubica no solamente en el campo eclesiástico sino también dentro del difícil sendero del periodismo, obligado quizás por la situación de amenaza abierta que estaba sufriendo el clero…persecuciones de curas y exiliados.

Fue así como Rafael Guizar y Valencia, se responsabiliza de fundar un diario que se encargaría de defender a través de sus artículos, de la defensa de la iglesia católica y para ello, el sacerdote ordenado en el templo de San Francisco, en Zamora, en junio de 1901, recorre las entidades federativas en una colecta con magníficos resultados, gracias al entusiasmo de Guizar y Valencia para entrar en la labor periodística, logrando la compra de una maquinaria con toda su tipografía, entrando de esta manera en el difícil campo de la tinta, el papel, los linotipos, crisol, metales, rama, lingotes…siendo su labor de tanta importancia que logro el enojo de los poderosos políticos callistas…

Fue recaudador de los donativos para adquirir esta codiciada rotativa, por encargo del arzobispo primado de México, don José Mora y del Río…así hayan sido días, semanas, meses, años, Rafael Guizar y Valencia vivió esta estupenda etapa de su vida que, nosotros como periodistas debemos reconocerla…y valorarla. Ahora más que ya es santo.

Fue un sacerdote con maña y astucia, de combate contra las injusticias, junto con su iglesia responde con una huelga de culto público en 1926, organizados los católicos al ver sus templos cerrados, levantándose en armas para llegar a formar la Guerra Cristera…Guizar y Valencia se filtra en el ejército de Emiliano Zapata y durante dos años vendió baratijas carísimas para no venderlas, se decía médico homeópata para acercarse a los heridos y moribundos, haciéndose amigo de los soldados zapatistas y lo que hemos encontrado de este valiente líder michoacano que…herido en una pierna es descubierto como espía y es condenado al paredón y al pedir su último deseo, manifiesta a sus enemigos quienes fusiles listos para disparar, que es de regalarles un reloj de los que supuestamente vendía y con cadena de oro, lanzándolo lejos haciendo que los soldados corran y aprovecha para salir huyendo…

En otra ocasión, también en el paredón, Guizar y Valencia, se salva al convencer a sus ejecutores que no es espía sino músico, dándole un acordeón para comprobarlo y es tanta su suerte que logra dominarlo convenciendo a los soldados…y remataremos su interesante y valerosa historia citando que en el año de 1915 ante una orden de aprehensión en su contra, la evita con astucia y ese ingenio constante que le valió salir airoso de las amenazas constantes…

El periodismo si es honesto y vertical, basta demostrarlo con valor trátese de la causa justa, honesta y seria…como bien dijo Gabriel García Márquez, que los periodistas no son artistas, llevan la obligación de colocar en sus letras, al lector como si estuviera en el lugar de los hechos o en la entrevista, si tomamos en cuenta que antes se aprendía en las salas de redacción, en los talleres, en las imprentas…y en las parrandas de los fines de semana…lo que Rafael Guizar y Valencia no hizo, aprendiendo en la batalla y defensa de la fe católica y como líder, caminando por los lugares dañados por el temblor de 1920…próximo a cumplirse los cien años de esta desgracia.