Las bibliotecas forman parte del acervo de nuestra sociedad, es muy importante que nos acerquemos a ellas para darle vida a esos espacios que como templos del conocimiento nos ofrecen a todos, sus variados contenidos.
Ya desde la antigua Caldea, en la baja región de Mesopotamia se registra una de las más antiguas, su existencia data de 1700 años antes de la era cristiana. Los libros que ahí se encontraban fueron hechos sobre tablillas de arcilla blanda sobre la cual un punzón iba plasmando sus ideas en forma de clavos y cuñas de donde el nombre de escritura cuneiforme, esas tablillas posteriormente eran cocidas para dejar listo su contenido. Tiempo después se encontró el registro de la biblioteca en Asiria, concretamente en Nínive que data del siglo VII a. C. en ella se encontraron los vestigios de más de 22 mil tablillas de arcilla llamados los libros Asurbanipal, que contenían información sobre gramática, diccionarios, nombres de ciudades, tratados de matemáticas, libros de magia. El más conocido de ellos es el Poema de Gilgamesh, considerada la obra narrativa más antigua de la humanidad.
La más importante estuvo en la ciudad egipcia Alejandría, fundada por Ptolomeo Soter a finales del siglo IV antes de cristo llegando a albergar en ella entre seiscientos a novecientos mil manuscritos o rollos. Su propósito fue la de fundar una ciudad que con su contenido iluminara el saber del mundo entero, en donde pudieran convivir en armonía las creencias religiosas, el conocimiento universal sin distingo de razas. Para la humanidad fue una gran pérdida cuando Julio Cesar en el año XLVIII antes de cristo la destruyera parcialmente, Tiempo después el emperador Aureliano al saquear la ciudad casi la exterminó, ya para el siglo V el califa Umar-Ibn- Al-Jattab, destruyó miles de manuscritos.
En esa época surgió otra gran biblioteca gracias a los reyes de Pérgamo la que fue llamada como el reino, una de sus características que la hizo moderna fue la sustitución del papiro cuyo material se extraía de plantas acuáticas de donde se formaban delgadas láminas sobre las que se escribía, por pieles curtidas acondicionándolas para poder escribir sobre ellas, teniendo mejor conservación. Sus doscientos mil volúmenes fueron saqueados por Marco Antonio y obsequiados a Cleopatra, en ese entonces reina de Egipto. Una de las obras más importantes de esta biblioteca fue la Historia Natural escrita por Plinio El Viejo, en latín, pretendía abarcar todo el conocimiento que se tenía en ese entonces.
Los registros de los investigadores de este fascinante tema nos ubican en las primeras bibliotecas públicas en Atenas 540 a.C. como parte de una iniciativa de Pisístrato quien recogió las obras fe Homero como lo menciona la Gaceta de Madrid de septiembre de 1810, posteriormente cada templo contaba con una propia. Así mismo Platón, Epicuro contaban con una, la de Aristóteles fue descubierta por un soldado romano escondida en vasijas de barro en el siglo I a. C. lo que permitió que su obra fuera conocida.
Les envío un afectuoso saludo y mis mejores deseos para cada uno de ustedes en este años que apenas inicia.
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