Agustín Basilio de la Vega.

El nuevo gobierno federal ha puesto el acento en los programas “sociales” como las becas “Jóvenes Construyendo el Futuro” para ciudadanos entre los 18 y 29 años. Cerca de 2.6 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, recibirán $3,600.00 pesos durante un año y 300 mil, pueden acceder a $2,400.00 pesos cada mes mientras realicen sus estudios universitarios.
En el primer caso, los jóvenes tendrán la oportunidad de capacitarse para el trabajo contando con seguridad social. En el segundo, los muchachos de escasos recursos tendrán apoyo económico mientras duren sus estudios.
Haciendo cuentas conservadoras, México destinará $112,320,000,000.00 y $34,560,000,000.00 de pesos, es decir, más de 146.88 mil millones de pesos sin tomar en cuenta los gastos de seguridad social y de la administración del programa.
Con estos fondos provenientes de los impuestos que pagan los mexicanos se podrían construir por ejemplo 3,500 kilómetros de autopistas de 4 carriles, 200,000 casas de interés social o comprar 18 millones de computadoras o celulares inteligentes de última generación etc. Estos ejemplos sólo se mencionan para darse una idea de la magnitud que representan los montos.
El esfuerzo es enorme y se espera que sea aprovechado por todos los jóvenes que tienen el deseo de capacitarse para el trabajo o que tienen escasos recursos para poder estudiar una carrera universitaria. En el primer caso, se necesita que las empresas o personas físicas que los van a recibir en sus negocios, de verdad los capaciten y les enseñen a ser autosuficientes y en el segundo, es necesario que los jóvenes que van a las universidades aprovechen el tiempo y estas fomenten la creación de empresas.
Para financiar estas becas, México está reduciendo salarios de burócratas, reduciendo el presupuesto del CONACYT, INEGI, INE, CNDH, Universidades y muchas dependencias y programas de investigación e inversión en infraestructura. ¿Cuáles serán los efectos de este cambio de política en la que se privilegia la distribución del presupuesto público?
Es deseable la educación y capacitación para el trabajo y que mejoren los ingresos de las familias más pobres cuyos hijos aspiran a la universidad, pero si a la par no se construye infraestructura o se fortalece la educación superior, será muy difícil que México siga siendo atractivo a los inversionistas y creadores de empleos que requieren para prosperar buenas carreteras, aeropuertos, seguridad, profesionistas bien preparados, estado de derecho y justa política fiscal.
Se necesita construir un círculo virtuoso: más empresas, más oportunidades de empleo formal, educación dual, mejores ingresos, mejor calidad de vida. Invertir la dinámica puede romper el delicado equilibrio de las finanzas públicas y hacer que quiebre el gobierno y se ahuyente el desarrollo nacional. Los subsidios sólo existirán mientras haya quienes paguen impuestos.

@basiliodelavega 4 de febrero de 2019