“No es el amor, sino sus alrededores,

lo que vale la pena…”

(Fernando Pessoa, Libro del desasosiego)

Lo que cuesta la cuesta del año, porque no es sólo la cuesta de enero. Luego entonces cada día estamos más jodidos o el “poder” adquisitivo de los billetitos y moneditas no valen ni para dos cosas, es decir, la vida no vale nada, pero cómo resulta necesario el quinientón, o apresurarnos a levantar los brazos –nada de representantes populares, por favor-, abrir las manos para que nos caiga algo de lo dizque está aventando Amlito y su 4T, pa’ que ya no pequemos, nos portemos bien y nos alejemos de los malandrines. Mucho ojo, y cuéntaselo a tu mamacita, digo, mamá, o quien le tangas más confianza. Ahí está la chingadera. Porque en estos tiempos, ‘ta cabrón confiar y ahora menos en el mes del amor y de la amistad, sólo es un mes, el resto del año a chingar a su máuser. Pero no entendemos.

En parametria.com.mx, leo la encuesta sobre la “Cuesta de enero, 2019”, realizada en el mes de diciembre 2018, y dos asuntos me llamaron la atención:

“Al cuestionar a la población sobre el tiempo que espera dure la “cuesta” se observa que las expectativas están divididas, aunque un mayor porcentaje (24 por ciento) confianza que dure tres meses y termine en marzo de este año. Dos de cada diez (19 por ciento) consideran que estas dificultades económicas se mantendrán hasta medio año. El 17 por ciento afirmó que será sólo en enero y otro 17 por ciento dijo que terminará en febrero. El 14 por ciento es más pesimista y augura que todo el año tendrá que padecerla.

“Cuando se cuestiona a la población sobre el principal responsable de la “cuesta de enero” casi la mitad de los encuestados (47 por ciento) responde que son ellos mismos los culpables por haber hecho gastos desmedidos. Dos de cada diez culpan a la economía del país (19 por ciento). El 11 por ciento responsabiliza al gobierno de sus problemas económicos de inicio de año y finalmente 10 por ciento piensa que la “cuesta de enero” es culpa de la economía mundial”.

México sigue, lo que no logro entender si pa’ adelante o pa’ atrás, si pa’ arriba o pa’ abajo. Pero va, carajos, me comentan familiares, amigos, cuates, conocidos y etc. No enumeremos más. Ahí la dejamos, Chato. Pero la mayoría vamos en picada, al día, y en la noche no nos queda más remedio que dormir, dormitar o desvelarse por la preocupación de la mañana siguiente, porque aparte de la economía precaria de los bolsillos, pos ahí está la inseguridad queriendo partirnos la madre. Claro, hay que aguantar, son los cambios. Ta güeno.

Mi adorable Natalia Lafourcade dijo en entrevista que votó por Andrés Manuel López Obrador, y afirmó que “es imposible ponerle toda la responsabilidad a una persona o a su equipo. Siento que es responsabilidad de todos. Nos toca a todos despertar y que se genere una conciencia muy amplia, muy grande y muy profunda”.

Añadió mi linda cantante: “Quieres volver a ordenar este gran armario. Entonces empiezas a sacarlo todo y a ver cosa por cosa. Y ahí es cuando empiezas a analizar papel por papel, este no me sirve, lo voy a quemar, esta ropa la voy a regalar… Cuando volteas la cara y ves todo lo que hay fuera, ese armario parece como si fueran cuatro armarios. Limpiarlo lleva su tiempo. Siento que ese es nuestro momento”.

Otra vez el tiempo. Otra vez a esperar. Otra vez a echarle ganas. Otra vez el eterno “aguántame tantito”. En tanto, todos somos víctimas. ¿O inocentes?

Los días y los temas

Para eternidad, el amor. ¿o no? En el Día del Amor y la Amistad, pos no hay de otra más que ir a comprar, comer, cenar, cog… “coger el autobús e ir a buscar al ser amado o amada o lo que sea –pal caso, lo que importa es el amor-, porque los tiempos cambian y allá ustedes, es su money y espero no les afecte la cuesta del año.

De cinismo y anexas

No sé quién dijo que el amor a veces es demasiado cursi. Pos allá cada quien. “… barcos que pasan en la noche, sin saludarse ni conocerse”, escribió Fernando Pessoa en Libro del desasosiego. Escribió también: “Enrollar el mundo alrededor de nuestros dedos, como un hilo o una cinta con la que juega una mujer que sueña asomada a la ventana”. Ahí nomás.

Ah, chequen lo siguiente: “Se ama lento para amar bien, se ama lento para disfrutar el amor, se ama lento para extraer hasta la última gota del elixir del amor”, dijo el escritor rumano Mircea Cartarescu.

Ahí se ven. Voy por el elixir del amor.