EL AMOR EN LA NARRATIVA DE RICARDO GARIBAY (III).

¿Se puede amar con lucidez? o el amor en su esencia pura representa ser una pasión incontrolable, poderosa, irracional. Platón en “El Banquete” nos enseña que “Eros” (Dios del amor) es hijo de “Poros” (Dios de la riqueza) y de Penia” (Diosa de la pobreza) “, por lo tanto, el ideal griego consiste en aprender a amar equilibradamente, razonadamente, pero, tal vez, ni el propio Platón amó así, porque la experiencia nos enseña que cuando un amor fuerte nos llega, somos felices, intentamos entregar lo mejor de nosotros, la esencia de nuestra alma, de nuestro ser, y con el paso del tiempo éste bello sentimiento casi siempre viene acompañado con enormes dolores, angustias, dudas, tristezas, éste será el eterno conflicto existencial con el que vivimos, y todo esta temática existencial la encontramos planteada en la extraordinaria novela de Ricardo Garibay titulada: “Triste Domingo”, publicada en el año 1991.
En “Triste Domingo” Garibay partiendo de tres personajes centrales como lo son Alejandra, Salazar y Fabián, realiza una gran variedad de planteamientos sobre el amor, la soledad, el vacío, el tiempo, la Juventud, la vejez, el suicidio, la infidelidad, en fin, en esta larga historia de pasión y amor nos encontraremos con muchas vivencias que seguramente en algún momento han sido personales, lo interesante es conocer como los personajes enfrentaron sus circunstancias, y sobre todo, poder meditar la gran cantidad de reflexiones abordadas en la novela.
Alejandra es una joven de veintiséis años de edad, guapa, muy atractiva, culta, había estudiado en la facultad de letras y, además de escribir poesía y publicar en diversas revistas, realizaba trabajos de traductora. Alejandra se casó siendo una adolescente, tenía quince años cuando conoció a Jorge, claramente se percibe que la madre de Alejandra es una mujer materialista, controladora, se había divorciado, y todo esto originó que Alejandra buscara una pareja para poder salir a esa edad de su casa, por supuesto que el camino no era el correcto, pero a los quince años de edad esos razonamientos son comunes y comprensibles, Alejandra después de ocho años de casada, decidió divorciarse y emprender una nueva vida lejos de su madre, quería ser ella misma, decidir libremente, no depender de nadie ni pertenecer a nadie, ser sólo Alejandra.
Salazar es un exitoso y millonario Licenciado de cincuenta y ochos años años de edad, de personalidad imponente, caballeroso, serio, educado, atento, descrito como un hombre galán, muy fino. Alejandra después de una interesante historia empezará a salir con Salazar, ambos quedaron enamorados desde la primera vez que cenaron, para Alejandra iniciar una relación luego del divorcio no había sido fácil, pero desde que conoció a Salazar supo que algo en ella imponía, e incluso su sola mirada la atrapaba, la hacía sentir segura, distinta, su gran saber era impresionante, la serenidad con que la trataba, la escuchaba, la atendía, la cautivaba.
Siendo pareja Alejandra y Salazar inicia la novela, poco a poco iremos conociendo la historia del origen de éste amor tan original, sus vivencias y convivencias, viajes, claro está que no todo era dicha y aceptación en la vida de Alejandra, su madre se oponía a éste amor, su amiga Ilse la cuestionaba, le decía que estaba en plenitud de su vida, bella, joven, talentosa, como para que perdiera su tiempo regalándole una etapa maravillosa a un hombre que no podía ofrecerle más que relativo amor y seguramente muchos lujos y dinero: “Pero ¿A dónde vas? –le preguntó Ilse –. O qué te dice él. –Tal vez a ninguna parte, o tal vez ya llegué –dijo Alejandra, divertida –y no sé exactamente a dónde.”
La plática entre las amigas continuó y cuando Ilse le preguntó cuánto tiempo creía que podía durar su amor con Salazar, Alejandra le respondió que eternamente, y es que la enorme felicidad que nos provoca un fuerte y profundo amor, aunque sea sólo un instante, un breve encuentro, si este encuentro es sincero, pasional, vehemente, así sea sólo una vez, ese acto de amor lo recordaremos siempre, será parte de nuestro pasado y nos acompañará toda la vida como un recuerdo imborrable, único, un momento que le da sentido a nuestra existencia, una razón de ser, de querer y de seguir queriendo.
Mientras Alejandra y Salazar disfrutaban de su especial y singular amor, aparece en la novela otro personaje que al inicio estaba un poco perdido, pero conforme avanza la historia se vuelve tan emblemático como el propio Salazar, me refiero a Fabián, un joven de veintiocho años de edad, vive humildemente en un pequeño cuarto, se recibió de Licenciado y ahí con su modesto sueldo la va llevando, Fabián está fuera de su casa porque tuvo fuertes diferencias con su padre, y resulta que Fabián se encuentra perdidamente enamorado de Alejandra, es importante puntualizar que al mismo tiempo que Alejandra iniciaba su amor con Salazar, convivía en una plan amigable con Fabián, pero en ambos se percibe una fuerte atracción, por supuesto que el más frágil en esta historia al inicio resultó ser Fabián, porque Alejandra al tener a Salazar, en ocasiones ni pensaba en Fabián, aun así, a pesar de su felicidad, lujos, comodidades, Fabián aparecía en los pensamientos de Alejandra.
Teniendo a los tres personajes en escena continua la larga historia, en momentos Alejandra, Salazar y Fabián convivirán, Salazar sabe que el pobre Fabián sufre por el intenso amor que siente por Alejandra, Alejandra por mucho tiempo reprimió su pasión por Fabián, al paso de los meses amaba y poseía profundamente a los dos, de tres a siete de la tarde hacia ardientemente el amor con Fabián en su humilde cuarto, y a la una de la mañana escuchando las sinfonías de Mahler, disfrutaba lentamente el amor de Salazar.
Salazar sabía que en la tarde Alejandra la mujer que amaba y atendía como reina, se encontraba haciendo el amor con Fabián, el joven al ver salir de su cuarto a Alejandra comprendía que en esa misma noche el amor de su vida estaría cenando y haciendo el amor en la mansión donde vivía, Alejandra sufría porque amaba inconmensurablemente a los dos, falta mucho por conocer de esta magnífica historia, siendo prejuiciosos es muy fácil dictar un juicio moralista, por ahora me quedo con una frase clave de Salazar que lo ayudó mucho para poder disfrutar y amar a la bella Alejandra: “El interior de una mujer es inexplorable hasta para ella misma.”

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