*Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto. Camelot
MAURICIO KURI GONZALEZ (GUARDIA NACIONAL)
Muy por la mañana, a mi llegada al hotel Orbe tomando el primer café mañanero con Pepe Aranda, el CEO y dueño de ese hotel, veíamos en la tele, en Foro TV a Mauricio Kuri González (9 de mayo de 1969, edad 49 años, Orizaba, Veracruz), que hablaba a nombre del PAN de la tan temida y cuestionada Guardia Nacional, de quien algunos dicen, entre ellos Isabel Miranda de Wallace, que la Guardia Nacional no acabará con los secuestros, allí aparecía el orizabeño de nacimiento y hoy queretano por excelencia, Mauricio, que es vicecoordinador de la bancada del PAN a la dolorosa muerte del poblano, Rafael Moreno Valle, y de esta tierra de Dios, Orizaba, junto a Ricardo Monreal y Osorio Chong, Dante Delgado y lo que queda de Miguel Mancera, dilucidaban y exponían los temas, los sí y los no. La oposición no le quiere dar todas las canicas a Morena ni al presidente, quieren la Guardia, pero la quieren dirigida por un civil, no por un militar, por aquello de no te entumas y que jamás vayamos a ser Venezuela. No hay mexicano que no quiera a los militares en las calles, Ejército y Marina. Sin ellos, este país estaría gobernado por la delincuencia. Pero los quieren sin tanto poder. Y con el respeto a los Derechos Humanos. Dijo Kuri González: “Con esta Guardia Civil tendremos una institución con mando civil. Se privilegiarán los Derechos Humanos, el Ejército regresara de manera paulatina a los cuarteles, se respetará la soberanía en los estados y el Senado tendrá un control de sus acciones. Estamos convencidos de que el dialogo es mejor que la confrontación, que la apertura funciona más que la descalificación. Así debe ser por el bien de México”.
Me fui al Wikipedia: Mauricio Kuri González es un político y empresario mexicano, miembro del Partido Acción Nacional. Actualmente es senador por el estado de Querétaro, y Coordinador del Grupo Parlamentario de Acción Nacional, fue alcalde de Corregidora, municipio perteneciente a este mismo estado. Y de allí llamamos a Tavo Rodríguez Pasquel Bravo, su padrino junto con Alicia Leyva de Rodríguez, para preguntarle de Mauricio. Partió muy joven de estas tierras orizabeñas, a las que tanto quisieron y ama su familia, sus padres Yamil Kuri y la Güera González, hermana de la querida amiga, Marcela, mujer que recorre el mundo y buena escritora. Dejó muchos amigos Mauricio, aquí se le quiere y los agoreros del futuro le ven todo para ser el próximo gobernador de Querétaro. Un orgullo orizabeño.
EL LIO DE LAS ESCUELAS (VERACRUZ)
Una tormenta legal se vislumbra en Veracruz Puerto. Sucede que la administradora del Centro de Estudios Iberoamericanos S.C., es acusada de que no rindió cuentas a las socias de la empresa, y una de ellas ya la demandó. No afecta la demanda aun al plantel, pero algo vendrá. Quien acusa dice y asegura que es delito de cuello blanco, alterando u omitiendo ingresos en la contabilidad, sin actualizar mediante avalúo el valor del negocio. Ya perdió dos amparos y a petición de una de las agraviadas, la Fiscalía encargada del caso está por ordenar una intervención oficial. Veremos en qué termina este lio. Se reservan los nombres de la administradora y la demandante, por ahora.
EL REY ALFONSO XIII (DE LOS DESLEALES)
Cuando el rey de España, Alfonso XIII, la noche del 14 de abril de 1931 se disponía a partir al exilio, un ayudante de campo hizo saber al Monarca que en el salón del duque de Génova, unas cincuenta personas le esperaban para decirle adiós. El rey se mostró sorprendido por esos leales, los consideró gente valiente, pues a las afueras una chusma lo abominaba y detestaba. Cuando los vio se impactó más; hombres de miradas crispadas, mujeres sollozando, incluso niños agarrando las faldas de sus madres, para despedir a don Alfonso. Eran los empleados de la casa del rey; lacayos, camareras, choferes, cocineros, cocheros, y también algunos alabarderos que se habían vestido de uniforme de gala. El rey los vio. Desconcertado, preguntó a uno de los suyos: “No veo aquí a ninguno de mis grandes, a ninguno de los que jugaban al polo conmigo, a ninguno de los que me pedían cargos y honores. No los veo”. “Los grandes, señor”, respondió el acompañante, “los que se jactaban de jugar polo y de cazar con el rey, los que habían obtenido favores y prebendas no eran sus amigos. No eran más que cortesanos, esa muestra bastante mediocre de la especie humana”.
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