A mitad del siglo XVI empiezan a llegar al Japón misioneros de distintas órdenes religiosas para evangelizar. A partir de 1587 la política de tolerancia religiosa empieza a dar un viraje y los cristianos comienzan a ser perseguidos y asesinados.
La novela histórica Silencio (Edhasa, 2017) se considera la obra cumbre del japonés Shûsaku Endô (1923-1996). En 1966, cuando se publicó en Japón, tuvo una enorme acogida y se vendieron más de dos millones de ejemplares. En la portada de la edición en español se añade el subtítulo de La aventura de los jesuitas en el Japón del siglo XVII.

A mitad del siglo XVI empiezan a llegar al Japón misioneros de distintas órdenes religiosas para evangelizar y así se forma una pequeña, pero también importante comunidad de católicos japoneses. A partir de 1587 la política de tolerancia religiosa empieza a dar un viraje y los cristianos comienzan a ser perseguidos y asesinados.

En 1614 las autoridades decretan la expulsión de los misioneros y la orden que se cumple de inmediato. Algunos sacerdotes deciden esconderse, para no abandonar a sus fieles. En el curso de unas décadas son capturados y se les pide renieguen de su fe. Quienes se niegan son torturados con terribles suplicios. Algunos ceden, pero otros deciden morir como mártires.

El caso de apostasía del jesuita portugués Cristóbal Ferreira fue muy conocido en su época. En 1632, cuando lo capturan, era el Provincial de los Jesuitas en Japón y gozaba de un gran prestigio en Roma. Las autoridades japonesas en su presencia torturan a feligreses atenidos por él, que termina por ceder para que éstos no sean asesinados.

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En 1638 los padres jesuitas Sebastián Rodrigues y Francisco Garpe, discípulos de Ferreira, obtienen permiso de sus superiores para ir a Japón con el propósito de saber qué pasó con su maestro y atender a los cristianos japoneses que se han quedado sin sacerdotes. Al llegar se internan en el territorio y empiezan su trabajo sacerdotal.

Poco después son capturados por las autoridades y las comunidades que los acogieron son golpeadas y algunos de sus dirigentes hechos prisioneros. Se les obliga a renegar de su fe y el que no lo hace es torturado y finalmente asesinado. Mueren como mártires de la fe.

Endô, de religión católica, reconstruye el proceso espiritual del padre Rodrigues a partir de unas supuestas cartas escritas por él, que no son reales. En la reflexión que hace el autor está presente el tema cultural, pero se centra en lo que ocurre en la conciencia de los personajes.

Rodrigues es sometido a un proceso, que debe terminar en la apostasía, dirigido por Inove, señor de Chikugo. Ese proceso sirve a Endô para hacer una reflexión muy profunda y dramática sobre la fe. ¿Por qué Dios permanece en silencio? ¿Dios existe?

Si Dios no existe la vida toda sería grotesca y grotesca la vida de los creyentes y de los mártires, se dice Rodrigues. En el proceso Ferreira habla con éste y trata de convencerlo que el martirio de él y de los feligreses no tiene sentido. Que vivo puede ser útil, para los demás.

Ferreira le dice que el Dios en el que creen los cristianos japoneses no es el Dios de la Biblia. Ellos han construido uno propio que no es el que se les ha predicado. La apostasía es un acto de humildad, es la renuncia del yo.

En su proceso Rodrigues pregunta a Dios: ¿Por qué no hablas? ¿Por qué nunca dices nada? ¿Por qué no haces nada por los fieles que por creer en ti son sacrificados? Él llega a convencerse de que negarse a sí mismo es una prueba de amor y que Cristo también lo haría.

La reflexión de Endô es de un humanismo profundo y radical. Es una reflexión teológica, pero también ética. Su texto histórico-literario enfrenta a lo más profundo de la persona. Pregunta por el sentido de la vida y por el camino que se debe tomar.

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Silencio

Shûsaku Endô

Edhasa

Barcelona, 2017

Pp. 253

Versión original: Chinmoku, publicada en 1966 en japonés. La traducción directa del japonés al español es de Jaime Fernández y José Miguel Vara. La primera edición en español es de 1988.

@RubenAguilar

Animal Político.

The Post: los archivos del Pentágono
La película reconstruye la historia de la filtración de los documentos secretos en poder del Pentágono que daban cuenta de que la guerra de Vietnam estaba perdida y de las acciones del gobierno para impedir que esos documentos salieran a la luz pública.

Steven Spielberg dirige The Post (Estados Unidos, 2017), donde reconstruye la historia de la filtración de los documentos secretos en poder del Pentágono que daban cuenta de que la guerra de Vietnam estaba perdida y de las acciones del gobierno, para impedir que esos documentos salieran a la luz pública.

Los documentos se producen en cuatro de las presidencias de Estados Unidos; son las décadas de 1960 y 1970, mientras ocurre la guerra contra los insurgentes vietnamitas. Daniel Ellsberg, un funcionario que tiene acceso a los documentos, decide sustraerlos y darlos a la prensa, para que toda la gente se entere de lo que está pasando en Vietnam.

Spielberg trata al funcionario, que para el gobierno y los círculos más conservadores es un traidor, como un héroe. Un hombre responsable que se juega todo, para evitar que el gobierno siga mintiendo y continúe una guerra absurda que para entonces ya había provocado la muerte de más de dos millones de vietnamitas y 50 mil soldados estadounidenses.

La otra parte de la historia, que es la central, es la lucha por la libertad de prensa que libran Kay Graham (Meryl Streep), la dueña del The Washington Post, y Ben Bradlee (Tom Hanks), su director. En un principio es The New York Times quien inicia la publicación de los documentos secretos y una orden judicial le impide que lo siga haciendo.

El informante hace, entonces, llegar los documentos a The Washington Post. ¿Los deben publicar y hacer frente a toda la presión que pueda venir del gobierno? Bradlee, el director, está seguro que los documentos se deben publicar, pero Graham, la dueña, duda. Él con su equipo trabaja con los documentos para publicar, mientras ella discute con los accionistas y los abogados.

Ella, una conservadora y cercana al grupo en el poder, contra todo lo que se podía esperar, decide que los documentos se publiquen. Antes se encuentra con el secretario de la Defensa, Robert McNamara (Bruce Greenwood), su amigo personal, para cuestionarlo por haber escondido la verdad sobre Vietnam y decirle que The Post va a publicar los documentos.

Spielberg sobre este acontecimiento de la historia de los Estados Unidos hace una poderosa narración que va de la gran política, que implica la denuncia a los gobiernos de los Estados Unidos implicados en la guerra de Vietnam, al drama personal de los distintos actores implicados en este episodio. La película me resultó muy interesante.

En 2017 fue elegida por el National Board of Review como la mejor película del año y nombrada por la revista Time y el American Film Institute como una de las diez mejores películas de 2017. ​En ese mismo año la película recibió muchos premios y nominaciones, entre ellas la de los Premios Globo de Oro y al Oscar en las categorías de mejor película y mejor actriz.

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En 1983, a Daniel Ellsberg, el funcionario que trabajaba en el Pentágono que filtra los documentos, lo entrevisté en Managua. La conversación giró en torno al apoyo que el gobierno de Estados Unidos daba al Ejército de El Salvador en la guerra contra la guerrilla del FMLN.

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La historia: El 13 de junio de 1971, The New York Times publica en primera página el artículo “Archivo de Vietnam: rastros del estudio del Pentágono”, firmado por Neil Sheehan, el autor. Se revelan los detalles de un exhaustivo informe sobre la intervención de Estados Unidos en la guerra de Vietnam que había solicitado Robert McNamara, que fue secretario de Defensa de los presidentes John F. Kennedy y Lyndon B. J. El reporte contenía 3,000 páginas de análisis y 4,000 de anexos. El texto dice, entre otras cosas, que a pesar de que se sabía que la victoria era imposible, los presidentes seguían enviando a soldados estadounidenses al campo de batalla.

El 2 de marzo de 1971 los papeles llegan a manos de The New York Times que le son entregados por Daniel Ellsberg, un analista militar civil descontento con la actitud del gobierno ante la guerra. El editor del periódico, Gerald Gold, reúne a varios periodistas en una habitación del Hotel Hilton en Nueva York, para leer el informe y redactar la nota con los datos de la filtración. Se sabe que son documentos secretos y hay una discusión entre los abogados y los editores. La decisión es publicar la nota que sacudió a todo el país. El fiscal general de los Estados Unidos, John N. Mitchell, expide un telegrama donde exige al periódico que suspenda la divulgación de los documentos, porque se está violando una ley sobre revelación de secretos del gobierno. El periódico deja de publicar las notas.