“México es un país de empresarios oprimidos por asalariados privilegiados”
Gabriel Zaid.
La capacidad para generar riqueza que poseen las naciones está íntimamente relacionada a su capital humano, ya que éste es factor determinante para dinamizar la economía con base en la aplicación del conocimiento, promoviendo el cambio tecnológico, la innovación y por ende el emprendimiento y la generación de nuevas empresas.
Mi comentario se refiere a un aspecto que en los últimos años ha sido parte importante de los programas de desarrollo de los tres órdenes de gobierno, de organizaciones empresariales, de instituciones educativas y de la sociedad en general, y que además es un factor que contribuye de manera importante en la generación de la riqueza, me refiero al fomento de la actitud emprendedora en nuestro país.
Año con año, hemos sido testigos como diversas organizaciones e instituciones del gobierno han realizado esfuerzos importantes para motivar a los empresarios, a los jóvenes universitarios y a la sociedad en general para favorecer la actitud emprendedora, inclusive han instrumentado una cartera importante de programas y medidas para desarrollar estas habilidades, ya sea con asesoría, capacitación o financiamiento. No obstante, los resultados continúan sido incipientes. Lo anterior se debe principalmente por la corrupción que existe en las áreas responsables de otorgar los apoyos, ya que éstos están dirigidos sólo a un reducido y privilegiado grupo de intermediarios o coyotes, y por si fuera poco el recurso otorgado llega al emprendedor mermado, por lo que el impacto de estos programas ha sido raquítico.
Con base en la información proporcionada por la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas “ENAPROCE 2015”, encuesta realizada por el INEGI, INADEM y el BANCOMEXT en el año 2015, observamos que en México hay un universo superior a los 4 millones de micro, pequeñas y medianas empresas, y que a pesar de un sin fin de programas y apoyos que se dispersan año con año, sólo (14.3 por ciento) 1 de cada 7 empresas encuestadas, dicen conocer al menos uno de los programas de promoción y apoyo del Gobierno Federal, de éstos, el 61.1 por ciento (1 de cada 12 empresas) conoce el programa de Red de Apoyo al Emprendedor, siendo éste el más conocido. Así mismo, dicha información es muy similar a lo que reporta el Monitor Global de Emprendimiento (GEM), menciona que la tasa de emprendimiento llegó en 2015 a 21% de la población adulta, la cifra más alta desde que se inició la medición en 2001. Es decir, uno de cada cinco adultos se encuentra iniciando u operando una empresa de reciente creación.
Otra variable que afecta de manera importante el posicionamiento de la cultura emprendedora en la República mexicana, sigue siendo el exceso de tramitología para la apertura de un negocio, de acuerdo al reporte “Doing Business en México 2016”, realizado por el Banco Mundial, “actualmente, en el país se realizan en promedio 8 trámites para abrir una empresa, que requieren 14.6 días y se invierte el equivalente al 11.4 por ciento del ingreso per cápita del país. En comparación con el promedio de Latinoamérica, el proceso en México es 20 días más rápido, y cuesta un 40 por ciento menos. Sin embargo, en comparación con los mejores desempeños registrados a nivel global, las ciudades mexicanas aún tienen un amplio margen de mejora. En los países de altos ingresos de la OCDE, el proceso de apertura de una empresa requiere en promedio aproximadamente la mitad de los trámites y del tiempo que en México, y es casi 4 veces menos costoso”.
Adicionalmente a lo antes descrito, la opacidad de los responsables de operar los programas de apoyo, hacen complicados y tediosos los esfuerzos de los emprendedores por hacer realidad su empresa. No obstante, aquellos que a pesar de los obstáculos llegan a cumplir con todo lo solicitado y haber sorteado varios inconvenientes al final obtienen menguado su apoyo o no son beneficiados. Es frustrante observar como tantos esfuerzos realizados con el dinero de los mexicanos han sido estériles por la opacidad, el contubernio y la manipulación de la información, que además han frenado los sueños de muchas personas y a muchos otros los han desmotivado a seguir adelante, solo aquellos que en lugar de minar su espíritu emprendedor por todas esas vicisitudes, lo impulsan a seguir avanzando, a crecerse, a cobrar doble ánimo y seguir hacia delante, hasta conquistar sus sueños. Todo pareciera indicar que un emprendedor es un personaje épico, que posee un espíritu heroico, con habilidades sobrenaturales para hacer realidad su proyecto.
Por otro lado, las instituciones de educación también han contribuido con su granito de arena en el impulso del espíritu emprendedor, no obstante los resultados también han sido incipientes, principalmente porque la función esencial del profesor es la docencia, no generar empresas, además si los profesores poseyeran competencias emprendedoras seguramente no estarían impartiendo clases en el aula. La realidad es que la gran mayoría de los docentes no poseen conocimientos y habilidades de emprendimiento, mucho menos experiencia en la creación y ejecución de proyectos de esta naturaleza, provocando que los programas de emprendimiento en las instituciones de educación sólo sean un tema más, sin la esencia y la chispa que se requiere para impulsar un programa de estas características.
Por lo antes descrito, es apremiante que se tome conciencia de todos aquellos factores que están afectando el posicionamiento de la cultura emprendedora en nuestro país, e implementar acciones con un enfoque holístico, erradicando la corrupción de las personas responsables de operar los programas, que haya transparencia en el otorgamiento de los apoyos; es indispensable realizar una reingeniería en los procesos administrativos y burocráticos para la apertura de negocios y la gestión de apoyos; así mismo, es necesario fortalecer los programas para la formación de emprendedores y la incubación de empresas en las instituciones de educación con personas jubiladas o retiradas que hayan sido empresarios, o bien con altruistas que estén activos en el mundo empresarial y dispuestos a compartir sus experiencias para que sean éstas personas las que realmente hayan vivido la experiencia de impulsar un proyecto y haberlo hecho realidad las que motiven a los jóvenes estudiantes a incursionar como nuevos emprendedores.
Otro aspecto fundamental es la participación decidida de los municipios, quienes son el primer contacto con la sociedad, impulsando programas que fomenten y desarrollen la cultura emprendedora, estableciendo alianzas nacionales e internacionales con instituciones y organismos cuya vocación es el fortalecimiento de dicha cultura emprendedora, participando en convocatorias y programas de apoyo a la micro y pequeña empresa, a través de asesoría, capacitación, acompañamiento, incubación de proyectos y financiamiento, entre otros.
Aunado a lo anterior, los organismos e instituciones responsables de operar los programas de fomento a la cultura emprendedora deben transformar sus áreas, para que operen como verdaderas ventanillas únicas, con procedimientos y normatividad actualizada y expedita, que la experiencia y las competencias del personal responsable de ejecutar las estrategias y acciones sean pertinentes al programa de emprendimiento, entre otros muchos aspectos.
Desarrollar una visión de mediano y largo plazo, para fomentar la cultura emprendedora, así como el fortalecimiento de la micro y pequeña empresa, con acciones claras y contundentes que consideren tanto aspectos técnicos y financieros como una cultura de transparencia y libre de corrupción, permitirá lograr cada una de las metas establecidas y desarrollar una ventaja competitiva en cualquier entidad de nuestro país.
Estoy de acuerdo con Gabriel Zaid de que “hacen falta empresarios creadores de empresarios. Que favorezcan el desarrollo, no a la absorción o estrangulación, de proveedores y contratistas. Que vendan todo lo que hace falta para la producción de buena calidad en pequeña escala. En la crisis actual los empresarios se encuentran ante una oportunidad extraordinaria para multiplicarse y mostrar lo que realmente pueden hacer por la sociedad”.