​​ Cambio de luces

Por MIGUEL LOPEZ AZUARA

Duele la muerte de Froylán Flores Cancela. De muchas maneras lo perdemos. Como el periodista ejemplar por su talento y su conducta, como el amigo cercano interesado en las pequeñas y grandes contingencias de nuestro tránsito por la vida, como el ciudadano pendiente del destino de tu tierra y tu nación, como el estudioso de la historia, la cultura y la política, como el hombre que se construyó incesantemente a si mismo, libro tras libro, desde su Misantla muy querida hasta su Xalapa de siempre, para hacerse sentir mucho más allá de los linderos de Veracruz, como buen oficial del periodismo, declarado el mejor oficio del mundo por Gabriel García Márquez, y negado a que le dijeran maestro, aunque fuera de los mejores.

Supo y pudo superar casi todos los escollos, poniendo en ellos Punto y Aparte, nombre que consagró en el periódico que fundó en 1974, sin enconos ni amarguras, con nobleza y gratitud, decidido a fortalecer los buenos recuerdos y a marginar los tristes.

No pudo con los mayores, la pérdida de su esposa Raquel, sostén del remanso de paz y tranquilidad de su hogar en la avenida Juárez, y el espantoso accidente de carretera que cortó la existencia de su hija Raquely de su nieto bebé Miguel Iván.

El derrumbe fue silencioso, lento, aislado, en una silla de ruedas.

A un amigo muy querido no le pides que no llore. Respetas su tristeza y su derecho a llorar. Hasta que la pena ordena a su aparato respiratorio dejar de funcionar. Así ocurrió el sábado 2 de marzo de 2019.

Su esposa Tita Souza lo acompañó y cuidó amorosamente en el último tramo de su vida, próximo a cumplir 85 años, el 8 de octubre. Los abrazo.

Gracias, Froy.