Tanto las actitudes como los estados de ánimo resultan ser contagiosos, y más aún cuando permanecemos expuestos a ellos durante mucho tiempo. Gran parte de la responsabilidad depende de las neuronas espejo o cubelli, fundamentales para la empatia y para poder ponernos en el lugar de los demás. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Indiana se ha demostrado que las opiniones, emociones y estados de ánimo de personas negativas afectan nuestro comportamiento, para mal. Y que las opiniones y emociones de personas positivas y felices nos permiten mayores posibilidades de ser felices. Es verdad que las emociones positivas son mucho menos contagiosas, pero siguen siendo el mejor regalo que podemos hacerle a alguien cuando está pasando por un mal momento. La información es de «Vida lúcida» y la subieron «Promotores Cívicos y Ciudadanos» al Facebook.