El libro reseñado esta semana narra la historia de amor, encuentro y desencuentro de Fermina Daza y Florentino Ariza.
Gabriel García Márquez (1927-2014) en El amor en los tiempos del cólera (Editorial Diana, 1986) narra la historia de amor de Fermina Daza y Florentino Ariza. En su juventud él se enamora de ella y empieza a cortejarla. Inicia, entonces, una intensa correspondencia y se comprometen. Lorenzo, el padre de Fermina, al enterarse de los planes de la pareja, se la lleva en un largo viaje para que olvide al pobre telegrafista.
La distancia no evita que se sigan escribiendo y continúen haciendo planes. Cuando Lorenzo se convence que su hija ya olvidó a Florentino decide regresar a la ciudad. Éste, al saber de su regreso, va en su búsqueda. Todo cambia en el momento que ella se da cuenta de que lo ha idealizado y ahora ya no le resulta atractivo. Asume que no está enamorada.
El médico Juvenal Urbino quiere erradicar el cólera, la enfermedad que mató a su padre. Lo llaman para diagnosticar a Fermina y determina que no está enferma. El médico se interesa en su paciente. Ella no está muy convencida de la relación, pero su prima Hildebranda la anima a casarse. El padre apoya la decisión. El doctor Urbino es un hombre rico y reconocido socialmente.
Se van a la luna de miel a Europa y regresan seis meses después. Ella está embarazada. La pareja se vuelve el centro de la vida social de la ciudad. Fermina no soporta a su suegra. El matrimonio en su relación tiene altos y bajos. Procrean dos hijos. A pesar de sus dificultades como pareja, entre ellos la infidelidad del doctor con una de sus pacientes, se aman.
Después de la imposibilidad de su relación con Fermina, Florentino se vuelve un mujeriego. A pesar de sus numerosas relaciones, cada una muy distinta, no se olvida de ella. Él deja su trabajo de telegrafista y se traslada a la empresa de su tío Léon, hermano de su padre que nunca lo reconoció. A la muerte del tío se convierte en el heredero de la Compañía Fluvial del Caribe. Ahora es un hombre rico y poderoso.
Florentino aprovecha cada ceremonia oficial para ver a Fermina. Nunca la ha olvidado. El doctor se cae de una escalera y muere. Al final del funeral del esposo recibe la visita inesperada de Florentino. Él confiesa que lleva esperando ese momento más de medio siglo y que siempre la ha amado y la seguirá amando. Ella lo despide con brusquedad, pero cuando éste se marcha no puede evitar pensar en él.
Florentino, para conquistarla, le manda cartas como cuando eran jóvenes. Ella, a pesar de sus reticencias iniciales, permite que él vuelva a entrar en su vida y ambos inician una relación donde el amor termina por imponerse. Han esperado 51 años 9 meses y 4 días. Fermina acepta hacer un viaje por el río con él. El crucero se convierte en una especie de luna de miel. Las orillas del río están deforestadas y los pueblos por donde pasan han perdido a su población por el cólera.
Fermina, al regreso, ve a unos conocidos y teme el escándalo si se llega a saber que está con Florentino a tan poco tiempo de la muerte de su esposo. Él, para evitar que ella se sienta incómoda, manda al capitán que ondee una bandera amarilla, señal de que hay cólera en el barco. Con esta excusa, el navío comienza a navegar sin pasajeros ni carga y solo se detiene a cargar combustible y recoger a la novia del capitán. Al volver a la ciudad, ninguno de los dos quiere ir a su casa, al “horror de la vida real”. Y por eso Florentino propone seguir navegando en el río “para siempre”. Los dos aceptan su condición de viejos. Juntos van a vivir sus últimos años de vida.
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El amor en los tiempos del cólera
Gabriel García Márquez
Editorial Diana
México, 1986
pp. 473