«Abolido oficialmente el neoliberalismo, veremos cuánto le lleva el presidente López Obrador y a su gabinete económico definir el nombre y las prioridades, pero sobre todo las políticas de su nuevo modelo económico. Esperemos que no se tarden mucho para que haya la certidumbre que muchos inversionistas nacionales y extranjeros esperan para decidir si invierten o no sus recursos en la economía mexicana. De eso depende que el presidente pueda lograr, si no en este año que ya se ve imposible, si en los próximos años de su gobierno, la ambiciosa meta de crecimiento del 4%». Lo comenta Salvador García Soto en «El Universal».