EL MES INTERNACIONAL DEL TEATRO PRESENTA: 4 CORONAS HISTORICAS (III).

Existen temas de la historia que por su naturaleza son difíciles de abordar, lo más fácil sería esquivarlos y no entrar en controversias, pero vargasllosianamente podemos decir que los temas eligen al artista y no el artista a los temas. En el año 1963 salió a la luz pública la obra de teatro: “Corona de Luz”, del gran dramaturgo y padre del teatro moderno en México Rodolfo Usigli, en esta pieza teatral el tema central es la real o ficticia aparición de la Virgen de Guadalupe, aquí vale la pena preguntarle a Usigli ¿Qué lo motivó a escribir sobre un tema tan sensible y delicado? En el prólogo de la obra Usigli nos explica las causas y motivos que lo inspiraron a escribir esta magistral pieza:
“Al final vinieron esas cosas que se conocen con el nombre de realizaciones cinematográficas sobre la Virgen, de las cuales no sería decoroso culpar en ella ni a sus fieles creyentes. Pero fue la repetida vaciedad, la falta de poesía y sentido religioso –no eclesiástico –de esas películas, lo que me puso finalmente en marcha y me dio el sincero deseo de escribir una pieza sobre la Virgen de Guadalupe. Una pieza, por supuesto dentro del teatro y, por consiguiente, fuera de la Iglesia. Tengo hasta este momento la certeza de que mi impulso era correcto, puesto que me permitió abarcar de un golpe el movimiento y la solución dramáticos sin crearme conflicto alguno con la fe, es decir, con la mística, la estética y la ética que forman el sentido religioso.”
Partiendo del respeto a la fe y al culto guadalupano que señala Rodolfo Usigli en el prólogo, me permitiré explicar parte del contexto histórico en el que apareció la Virgen de Guadalupe, para inmediatamente después ingresar a la pieza dramatúrgica. Hace 500 años Hernán Cortés inició la guerra contra el Imperio Azteca que concluirá con la conquista y la fundación de lo que se conoció como la Nueva España, por esos mismos años Carlos V de España y I de Alemania, era el Emperador donde el sol nunca se ocultaba, a la grandeza heredada en favor del Emperador se sumó el nuevo continente descubierto y conquistado, donde se fincaban las esperanzas de obtener enormes riquezas y dominio.
Si bien España se sentía poderosa y segura por poseer nuevas tierras que le garantizaban poder económico y dominio del mundo, en ese mismo contexto Europa vivía una verdadera convulsión por la Reforma Protestante encabezada por el monje agustino Martin Lutero, la corona española había hecho todo lo posible por controlar la revolución luterana pero sus esfuerzos habían sido inútiles, la crítica, la modernidad, la razón, la libertad de pensamiento, de interpretación, ya estaban muy adentro en el alma europea y concretamente del norte de Europa.
Parte de los postulados de la Reforma Protestante consistían en no creer y venerar a las imágenes, la Iglesia Católica Apostólica Romana vivía enormes momentos de crisis, España su principal aliado ejercía vasto poder a través de la manipulación de la fe, y cuando era necesario la imposición de la misma mediante la Santa Inquisición. Por todo lo antes mencionado, una vez consumada la conquista española y fundada la Nueva España, la corona española contaba con dos herramientas infalibles para completar y consolidar su conquista, una era las armas y la otra herramienta poderosa fue el control y dominio a través de la fe y la imposición de su religión.
Los primeros años de la Nueva España fueron muy complicados, la resistencia de los nativos de nuestras tierras en aceptar una nueva fe, lengua, costumbres, cultura, humillaciones, violaciones, imposiciones, explotaciones, etc. estaba causando muchos muertos. Carlos V gobernaba desde España nombrando Virreyes, Obispos, enviando misioneros, pero las quejas de los abusos de los soldados españoles, el descontrol, empezaba a preocupar al Emperador y al mismo tiempo tenia temor de que las ideas luteranas pronto se expandieran, llegaran a América y se pusiera en riesgo el dominio español en las nuevas tierras, bajo este contexto que se vivía en Europa y en lo que hoy es México, ingresaremos de manera general a presentar la pieza teatral.
La obra se compone de tres actos, en el primero el personaje más sobresaliente es el Emperador Carlos V, aquí nos encontramos en el año 1529 en un monasterio en la región de Extremadura, en este acto el Emperador discute con un Ministro y un Cardenal, entre otros personajes, sobre el tema de la fe, la razón, y, sobre todo, la situación que sucede en el nuevo mundo descubierto que se presente evangelizar, primero habrá que definir y decidir si los nativos de la Nueva España pueden ser vistos y tratados como iguales o inferiores al español, se comenta la enorme cantidad de muertos por el abuso de los soldados y creen que la solución es hacer más esfuerzos e implementar estrategias para que la fe cristiana se imponga en estas tierras y las almas de los nativos puedan ser salvadas.
En la parte final del primer acto, Carlos V le pregunta a su esposa Isabel de Portugal, cuál es su opinión para resolver la controversia y ella responde que, orando a la Virgen de Guadalupe de Extremadura, Virgen que tiene sus orígenes en el siglo I de nuestra era, Carlos V concluye este acto maquinando una idea que se desarrolla en el siguiente acto.
En el segundo acto nos encontramos en el año 1531 con varios personajes históricos e importantes de la Nueva España, de entrada, la figura estelar es el primer Obispo de la Nueva España llamado Fray Juan de Zumárraga, a este obispo le llegó la encomienda directa del Emperador Carlos V para diseñar y crear un milagro donde se le apareciera a un indio la Virgen de Guadalupe, sólo que no será la de Extremadura, sino una Virgen nativa, morena, que les dará identidad, y este milagro creado será fundamental para convertir a toda la raza aborigen al catolicismo y mantener fuerte, firme y poderosa la fe católica y el control imperial.
Cuando el Obispo Zumárraga leyó la encomienda de su Emperador, citó a reconocidos y respetados hombres que andaban evangelizando y enseñando la biblia, la fe, la lengua castellana a los indios nativos, estos personajes son Bartolomé de las Casas, Fray Toribio de Benavente (Motolinía) Bernardino de Sahagún, Pedro de Gante, Vaco de Quiroga, Fray Martin de Valencia, y muy preocupado les confesó la orden del Emperador y originalmente la posición de Zumárraga era de renunciar al obispado.
Cada personaje empieza a dar su opinión sobre el tema, algunos estaban a favor otros veían el proyecto como algo impío, Bernandino de Sahagún estaba a favor del proyecto argumentando lo siguiente: “Sahagún. –Pero, además. Pensemos esto: hay los ídolos que apartaban de Dios al indio. ¿Qué mal puede haber en un ídolo que lo lleve a Dios? ¿Qué importa mientras la historia y nosotros sepamos que es un ídolo? Pedro de Gante. –En efecto. Creer que un árbol puede ser Dios no altera la esencia de Dios. Fray Martin de Valencia. –Yo creo que, si lo hemos tocado, Fray Pedro, es la convicción fundamental de que debemos hacer todo lo que sea en bien de nuestra fe, aunque los medios parezcan a veces…heterodoxos. Pedro de Gante. – ¿Habéis pensado una cosa, hermanos? Si esa infición esa plaga inficionante y maligna que es la Reforma llegara a apoderarse de Europa entera, si triunfaran las fuerzas oscuras de Lutero, ¿Qué sería de nuestra Iglesia? Las Casas. –Creo que os veo venir, Pedro, pero lo que más importa aquí es… Pedro de Gante. –Por favor. ¿No sería entonces por modo natural esta bendita tierra de la Nueva España el sagrario o sede de nuestra Santa Madre la Iglesia, la Nueva Tierra Santa, La Nueva Roma? Motolinía. –La bondad del fin que perseguimos no está en contra del medio que se nos propone.”
En el tercer acto, siendo un 12 de diciembre de 1531, sin que el Obispo Zumárraga haya cumplido las ordenes de Carlos V, se le aparecerá la Virgen de Guadalupe a un indio llamado Juan, el acto fue natural, original, imponente, Bernardino de Sahagún quedó convencido que el milagro fue real y que los designios de Dios son inigualables e inexpugnables, pero el que siempre dudó y, tal vez, murió dudando fue el Obispo Juan de Zumárraga:
“Fray Juan de Zumárraga: “Ahora estoy seguro. Estas gentes han usado a otra, ni siquiera religiosa, pues no hay más, quizá a una india…inhumana, sacrílega intriga, juego de Carlos V y de Cortés que habrá que denunciar. (Mira hacia el balcón, parece recoger todas sus fuerzas en sus puños cerrados y se dirige a él.) Fray Juan a (Motolinía.) Veo de pronto a este pueblo coronado de Luz, de fe. Veo que la fe corre ya por todo México como un río sin riberas. Ése es el milagro, hermano.”

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