Con la corta pero importante distancia de los acontecimientos en los cuales se ventiló el envío de dos cartas en donde en una se le pide al Vaticano al igual que al gobierno de España disculparse por los acontecimientos de hace 500 años, desató dentro de la sociedad una enconada batalla de descalificaciones a quienes no estuvieron de acuerdo con las misivas y los que la defendieron con todo, las descalificaciones como ser “fifís” o “chairos”, pasando por un fanatismo que se arraiga y por momentos se vuelve hasta un poco peligroso, por ese afán de defensa de lo que diga el presidente, sin razonarlo. Muchos no están enterados y parece ser que tampoco el presidente, esposa y asesores que la iglesia católica se disculpó por estos acontecimientos en el 2015.
Yuriria Sierra en un artículo habla muy acertada de lo que Octavio Paz analizaba en “El laberinto de la soledad”, como ese afán de convertirnos los mexicanos en víctimas, en eternamente “chingados”, agregaría el humillado, el ofendido. Es la visión que ofrece López Obrador al mundo, en España sólo fue apoyado por la ultraizquierda, los demás cerraron filas en contra de ofrecer una disculpa.
Regresando a Octavio Paz, diría que nosotros “No somos hijos de la chingada”, por el contrario somos una sociedad que no quiere retroceder ni en el tiempo como tampoco en lo logrado hasta el momento como sociedad plural, diversa, mestiza.
Si nos acercamos a la historia prehispánica veremos las luchas entre las diferentes culturas indígenas y su permanente guerra por el dominio y el ejercicio del poder por parte de Tenochtitlán, con actos salvajes justificados por su “cosmovisión”.
Una vez terminado el proceso de independencia en 1836 el gobierno de España reconoce al gobierno mexicano y ambos la reina María Isabel Luisa de Borbón y el presidente José justo Corro.
Se disculpan, se otorgan amnistía general y completa y acuerdan olvidar el pasado conviniendo mantener una estrecha relación de amistad, paz y unión sobre principios de justicia y beneficencia entre españoles y mexicanos.
Pero deberíamos ser más sensatos y reconocer que después de doscientos años de independencia los gobiernos mexicanos que se han sucedido a lo largo del tiempo hasta nuestros días han seguido discriminando, explotando, marginando a la población indígena, por lo pronto el distractor dio mucho material a los medios; para el Vaticano fue un asunto tratado con indiferencia y para las elecciones españolas fue un tema que se fue a las primeras planas de los medios y discutido por todos los partidos políticos contendientes, aquí la genialidad hizo del tema los mejores memes, junto a carretadas de contraposiciones apasionadas y parciales.