Luis Sardiña Salgado llegó esta semana a 62 años de vida. Fiestero, trabajador y amiguero como pocos, ha disfrutado la vida. Para festejar este acontecimiento, mandó a preparar unos borregos en caldo, barbacoa y tamales, y acompañados de unos vinos españoles ofreció una comida para sus amigos- los «400 pueblos» empresariales, entre ellos- políticos de diversas ideologías, abogados, contadores y músicos, para pasar una tarde-noche agradable, con «el histórico» Rubén Darío Mendiola en la declamación, Carlos Hernández Morales en el órgano y Gustavo Cadena con sus historias periodísticas. Entre otros también estuvo ahí Reynaldo Escobar: «fui un diablo, pero ahora soy un santo». expresó en corto. En la foto algunos de los asistentes.