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El Financiero / BLOOMBERG /ALYZA SEBENIUS

El presidente Donald Trump dijo este viernes que Estados Unidos está «lleno» y no puede recibir más inmigrantes latinoamericanos, con lo que cierra una semana de acaloradas amenazas contra México por la migración indocumentada y el flujo de drogas ilegales.

“Nuestro país está lleno. Nuestra área está llena. El sector está lleno», explicó Trump en una sesión informativa sobre seguridad fronteriza en Calexico, California. «No podemos recibirlos más. Lo siento, den la vuelta, así es».

La semana pasada, Trump amenazó con cerrar la frontera de EU con México para detener un aumento en la migración.

Aduanas y Protección Fronteriza detuvo a 66 mil 450 personas que cruzaron la frontera ilegalmente en febrero –un aumento de más de 18 mil respecto al mes anterior–, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, ha dicho que las detenciones se acercaron a 100 mil en marzo.

Trump retrocedió de la amenaza esta semana, después de que las empresas y los legisladores republicanos expresaran su preocupación por el daño económico que causó el cierre de la frontera.

En cambio, señaló que impondría aranceles a los automóviles fabricados en México si el país no detiene el flujo de migrantes y drogas ilegales por la frontera en un año.

«Estoy totalmente dispuesto a cerrar la frontera, pero México ha hecho más que nunca en los últimos cuatro días», puntualizó Trump en Calexico. “Detener a miles de personas y llevarlas de vuelta a sus países”.

El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, indicó que no sabía qué provocó el mensaje de Trump. La política migratoria de México ha sido consistente bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, y no hay planes de cambiarla, señaló.

Trump también puso en un tuit que está «analizando una multa económica por los 500 mil millones de dólares en DROGAS ilegales que se envían y contrabandean a través de México y de nuestra frontera sur».

En su tercer viaje a la frontera este año, Trump verá una parte del muro fronterizo en la ciudad de Calexico y se reunirá con las autoridades locales, un entorno que suele utilizar para reiterar sus promesas de tomar medidas enérgicas contra la inmigración indocumentada.

Las barreras –en su mayoría anteriores a la presidencia de Trump– van desde cercas de hierro de 5 metros de altura hasta obstáculos improvisados de vehículos y alambre de púas, y abarcan 1000 kilómetros de la frontera de EU con México –de casi 3 mil 200 kilómetros–, principalmente en California, Arizona y Nuevo México.

Su visita a Calexico se produce al final de una semana tumultuosa que dejó al descubierto la creciente frustración y las limitaciones de Trump para controlar la frontera sur estadounidense.

Los fallidos esfuerzos de la administración han ido desde un intento de disuadir la migración separando a los niños migrantes de sus familias a ultimátums contra México que han demostrado ser muy costosos de cumplir.

Trump ha criticado la inmigración desde el día en que lanzó su campaña presidencial en 2015. Se ha mantenido como uno de los temas más divisivos de su presidencia y, sin duda, tendrá un lugar destacado en su campaña de reelección de 2020.

Poner aranceles a los automóviles construidos en México implica arriesgarse a perjudicar a las compañías, incluidas General Motors y Fiat Chrysler, que importan modelos clave del país, como Chevrolet, GMC y Ram. EU importó 41 por ciento más vehículos el año pasado que en 2014, según datos del Departamento de Comercio.

Trump también ha discutido con el Congreso sobre la seguridad fronteriza y está pidiendo a los legisladores que modernicen lo que él llama las peores leyes de inmigración en el mundo.