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Reforma/Claudia Cuevas

Catorce años después, Tiger Woods volvió a rugir.

Hace unos meses, el Tigre no sabía si volvería a jugar el deporte de sus amores por las cirugías y lesiones en la espalda. Hoy, con las lágrimas a punto de desbordarse, llegó al green del 18 para cerrar la hazaña con dos golpes de ventaja sobre el resto y con un putt de poco más de un pie alzó la bola, los brazos y los gritos de la galería y se enfundó en un abrazo con su caddie.

De rojo su mamá, sus hijos (que por primera vez lo vieron triunfar en Augusta) y su novia festejaron a Tiger, quien alcanzó su quinto Masters y su Major número 15 en su carrera. Su último US Open lo consiguió hace 11 años, en el 2008.

El jueves, aunque estaba dentro de los mejores 15, todavía estaba lejos, pero el Tigre fue paciente y su ronda de 70 golpes (-2) indicaba que el saco verde estaba en el horizonte, pues en tres de sus cuatro victorias previas en el Masters ese había sido su score al final de los primeros 18 hoyos.

El viernes comenzó su ascenso y se quedó a sólo un golpe del coliderato en Augusta. El sábado la historia no fue muy diferente y a dos golpes del italiano Francesco Molinari, en el segundo lugar, se fue a dormir. Tiger hizo un mejor papel que el italiano en los primeros 9 hoyos del domingo y le recortó un golpe, pero mientras iban en la bandera 12 vieron como Xander Schauffele se colocaba en la punta con un birdie, un hoyo más adelante.

Más tarde, apareció otro rival a vencer para Tiger, ya no era Molinari ni Schauffele, ahora era Patrick Cantlay quien lideraba las acciones. Pero, de repente, Woods se fue hasta lo más alto con Schauffele y Molinari en el 13. Para el hoyo 14 del último grupo en el campo, ya eran cinco en la cima (Dustin Jonhson, Schauffele, Brooks Koepka, Molinari y Woods), pero instantes después se bajó Molinari y en el 15, con un birdie, Tiger ya sólo tenía un oponente: él mismo.

En el par 3 de la bandera 16 repitió con un birdie que hizo rugir Augusta y ya estaba con tarjeta de -14 (y -3 en la ronda). Sólo tenía que cerrar con par en el 17 (lo hizo) y en el 18 para coronarse, y aunque hizo un bogey en el cierre, la victoria era suya.

La última vez que Woods vistió el saco verde fue en 2005 y se lo puso Phil Mickelson, luego de hacer aquel inolvidable chip. Antes lo logró en 2002, 2001 y 1997 con el mayor margen de ganancia en la historia (12 golpes) y a sus 21 años.