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La Jornada / Ericka Montaño Garfias

La Conquista de México-Tenochtitlan no es un proceso de malos contra buenos, sino una conquista múltiple donde todos participan creando una nueva entidad, la que dio origen a la nación mexicana a partir de la Independencia, señala el historiador e investigador Antonio Díaz de León, al cumplirse exactamente 500 años del desembarco de Hernán Cortés este 22 de abril.

Díaz de León ofrecerá la conferencia Cortés y la primera población de origen africano en la Nueva España en la clausura del coloquio que organizan el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) del 6 al 9 de mayo, dedicado al análisis de lo ocurrido hace cinco siglos.

Tenochtitlan fue conquistada por una confederación de tribus opuestas al imperio, junto con un grupo de españoles que no lo hubiera logrado sin ayuda de los tlaxcaltecas o los indígenas de Zempoala, dice el autor de Tierra adentro, mar en fuera: el puerto de Veracruz y su litoral a Sotavento, 1519-1821.

“En realidad es como si viviéramos en este planeta una dominación muy fuerte de un imperio, digamos el estadunidense, y llegaran unos marcianos y nos dijeran: ‘vamos a tomar Washington’. Pues nos íbamos todos con los marcianos, aunque después nos esclavizaran. El primer momento de esa conquista fue de una confederación de tribus. El mérito de Cortés fue aprovechar esas contradicciones internas para tomar Tenochtitlan, porque era la capital de un imperio avasallador, que cometía abusos y barbaridades contra las poblaciones que sometía.

Los aztecas no eran una perita en dulce; sometían a las poblaciones a sus dinámicas, tenían muchísimos enemigos. Es muy complejo el asunto como para poner calificativos como los buenos y los malos.

Así, añade el lingüista y musicólogo, no veo una Conquista unívoca, sino una múltiple.

Adelantó que en su conferencia hablará de Cortés y sus papeles en el desarrollo de la historia del país. “Un poco del Cortés económico, el Cortés empresario. Ese Hernán Cortés que también tenía doble personalidad: por una parte miraba al pasado, porque era una personalidad feudal, y por otro participaba en la creación del mercado mundial capitalista.

Era un señor feudal con un conocimiento del derecho de gentes español, que estudió en Salamanca. Tenía una mentalidad feudal en el momento de hacer la guerra porque, por ejemplo, usaba a las mujeres.

Señor feudal o capitalista moderno

Es decir, aprovechó la mentalidad feudal española y la mesoamericana, donde los vencedores eran recompensados con mujeres. Con ello procuraban aliarse con los vencedores y al mismo tiempo ofrecían capital humano para la reproducción. Cortés aprovechó esa mentalidad feudal mesoamericana cuando le regalaron 20 doncellas en Tabasco, entre ellas la Malinche.

La otra parte de la mentalidad de Cortés era la del capitalista moderno, “al tratar de crear empresas en la Nueva España. A final de cuentas también era un conquistador conquistado, porque lo fue, de alguna manera, por la sociedad mesoamericana, por su contacto tan estrecho con las personas, entre ellas, por supuesto, sus amantes –supuestamente tuvo un harén en Coyoacán–; después él, en una institución feudal, donó a estas mujeres a sus mejores capitanes: a la Malinche la casó con Juan Jaramillo, a Isabel de Moctezuma con Juan Cano, etcétera. Las usaba y después las donaba, esa era una mentalidad muy feudal, pero, por otro lado, Cortés se metió en la dinámica de la creación del mercado mundial capitalista que se formó en el siglo XVI, por eso es un personaje muy interesante”.

Cortés fue, además, el primer esclavista. “Cuando obtuvo en 1528 el marquesado del Valle por la intervención del rey de España que le concedió un Estado dentro del otro, Cortés fundó un gobierno propio en la Nueva España, que no estaba controlado directamente por la audiencia de México, sino por la Corona.

“A partir de entonces se fundaron los primeros ingenios azucareros; con créditos y deudas intentó insertarse en el mercado mundial, pero no lo logró, porque Brasil ya tenía ocupado el lugar del suministro de azúcar a Europa.

“Hernán Cortés tuvo que conformarse con crear un mercado interno de consumo de azúcar en la Nueva España y fundó el primer ingenio cerca de Santiago Tuxtla y otros más grandes en Tlaltenango. Entró en sociedad con banqueros que le prestaron dinero para comprar negros en Guinea y los trajo como esclavos; fue el primer esclavista, no solamente constructor de su propio Estado, sino el primer introductor de esclavos a la Nueva España.

Voy a insistir en mi ponencia en la presencia de la población africana como una población importante. A finales del siglo XVI había más de 20 mil esclavos en México, una población muy grande, la segunda después de los indígenas. Esa también es una historia fascinante.