La autora trata de probar que el hoy que ahora vivimos empezó en 1947. Y ese año es clave para entender lo que ocurrió después. Lo que sucede ahora.
La escritora y periodista sueca Elisabeth Åsbrink (1965) escribe 1947, el año en que todo empezó (Turner, 2018), que es un reportaje de gran calidad literaria.
Reconstruye lo que fue ese año, mes a mes, a partir de ir colocando cada pieza como se hace con los rompecabezas de miles de unidades.
La autora trata de probar que el hoy que ahora vivimos empezó en 1947. Y ese año es clave para entender lo que ocurrió después. Lo que sucede ahora.
El rompecabezas está construido con acontecimientos, grandes y pequeños, y la historia de personas conocidas y otras que nadie sabe de ellas. La colocación de esas piezas da forma a la historia.
Los episodios que se eligen, las piezas del rompecabezas son “una selección intuitiva. No soy historiadora, no tenía ninguna exigencia o la ambición de contar sobre este año lo más objetivamente posible”, dice la autora.
En 1945 la Alemania nazi se rinde y acaba la II Guerra Mundial, pero formalmente la capitulación se firma en febrero de 1947. La guerra queda atrás. Surge un nuevo mundo.
Nace entonces la Guerra Fría entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Cada una de las dos grandes potencias mundiales juega a favor de sus intereses.
La independencia de la India y la partición de la colonia inglesa en dos países, la India y Paquistán, ocurre en 1947. También en ese año se elabora la Carta de los Derechos Humanos.
Los fascistas alemanes y de otros países europeos se organizan y con pasaportes falsos logran que los nazis, responsables de crímenes de lesa humanidad, vayan a vivir a Argentina y otros países de América Latina.
Es el año de los juicios de Nuremberg y también cuando por primera vez se utiliza la palabra genocidio, para calificar lo que sucedió con los judíos.
El escritor inglés George Orwell, recluido en una isla, concluye la redacción de 1984 y la francesa Simone de Beauvoir se enamora del escritor estadounidense Nelson Agreen.
Los judíos sobrevivientes al holocausto están desconcertados ¿qué hacer y a dónde ir? Estados Unidos y la Gran Bretaña les cierran las puertas.
El sionismo recluta y organiza a los judíos que quieran ir a vivir en la colonia inglesa de Palestina. De manera ilegal ingresan al territorio y se asientan en él.
En la ONU se discute qué hacer con Palestina y finalmente se decide la partición del territorio y la creación del Estado de Israel y de Palestina.
Se fundan los Hermanos Musulmanes en Egipto, que por primera vez plantean la yihad, para expulsar a los judíos de Palestina.
Coco Chanel y Christian Dior, de nacionalidad francesa, marcan la moda de cómo se deben vestir las mujeres de la postguerra.
En Estados Unidos Thelonious Monk y Billy Holliday dan a la música nuevas direcciones.
Alguien, por fin, decide publicar las memorias de Primo Levi.
Åsbrink, entre junio y julio, inserta la historia de su padre, un niño judío de diez años que sobrevive el holocausto. Su padre y su abuela fueron asesinados.
Un día su madre se presenta en el campo para huérfanos donde se encuentra y le pregunta: ¿Deseas quedarte aquí, para ir después a Palestina, o quieres volver a casa conmigo a Budapest? Elige ir con su madre.
En la reconstrucción y enlazamiento de esas historias, la autora elabora un relato poderoso, fluido y muy bien articulado.
Al recorrer 1947 “he pasado por donde más duele y quema. De tal manera que también es un autorretrato, curioso”, sostiene la autora.
Y Åsbrink concluye su relato con una reflexión que la involucra:
“Quizás no sea el año lo que he querido recomponer. La recomposición trata de mí. No es el tiempo lo que hay que mantener unido, soy yo y el duelo quebrantado que crece y crece. El duelo por la violencia, la vergüenza por la violencia, el duelo por la vergüenza”.
“¿Es esto mi herencia, mi trabajo? ¿Es este mi principal cometido; ¿recoger la lluvia, recoger la vergüenza? Las aguas subterráneas contaminadas por la violencia”
“El dolor se hereda, en una corriente constante desde el orden hasta el desorden, y es imposible que retorne. Allí están los recuerdos, en la oscuridad los veo, bajo la lluvia. Son mi familia. La oscuridad: mi luz”.
El de Åsbrink es un periodismo que también es literatura. La traducción que es muy buena lo deja ver.
Yo nací en 1947.
1947
El año en que todo empezó
Elizabeth Åsbrink
Turner Publicaciones
Madrid, 2018
pp. 261
Versión original: La edición original sueca se publica en 2016. La traducción al español es de Mónica Corral y Martín Lexell.
@RubenAguilar
Animal Político