Hemos dejado pasar muchas oportunidades para Veracruz, hacemos de lado lo importante para privilegiar lo irrelevante ¿En qué momento dejamos de ser visionarios? ¿Qué nos ocurrió que estamos inmersos en una concatenación de despropósitos que nos separan, nos estancan y no nos permiten adelantar como sociedad?
Los 500 Años de la fundación de Veracruz era una oportunidad inigualable para relanzar al estado y ponerlo de vuelta en el mapa mundial, nos daba la ocasión inmejorable para atraer los reflectores mundiales y hacer que el mundo volviera a conocer la historia y la importancia que Veracruz ha tenido en la historia de la humanidad.
De paso, nos daba una nueva oportunidad de hacer negocios, de posicionar nuestros productos, de elevar el turismo a una escala de clase mundial. Las fechas, los episodios históricos, los lugares, no solo son para conmemorar, para celebrar o dolerse, cada episodio, cada fecha, cada acontecimiento y cada lugar nos dice algo, nos plantea algo, nos da conocimiento y nos permite reflexionar para proyectarnos al porvenir.
La incomprensión del presente, deriva de la ignorancia del pasado, y el pasado está ahí, diciéndonos mucho del presente. Si un día Cortés desembarcó en nuestras costas fue una realidad, grata o dolorosa, pero lo fue, si alguna vez la cultura Azteca dominó con cierta crueldad a las otras culturas existentes, es una realidad que no podemos soslayar.
Ciertamente se debe analizar la historia desde la perspectiva de entonces, y ¿por qué no? Desde la perspectiva actual, pero tomando en cuenta que no somos completamente totonacos, huastecos, olmecas o aztecas, como tampoco somos completamente africanos, ni europeos, árabes o asiáticos, sino el resultado de una rica fusión de razas, culturas y lenguas.
La llegada de Hernán Cortés a Veracruz fue el reinicio de un éxodo que ya se había dado en América y que estaba ocurriendo también en otras partes del mundo, ¿Qué nación, qué región geográfica no se configuró con migraciones e invasiones? ¿Qué país del mundo puede decir que su historia no se escribió con episodios sangrientos o que hoy pueden parecernos injustos? Y sin embargo somos eso, el resultado de la historia de la humanidad, de la cual se transforman las culturas o nacen otras nuevas.
Esta no es la época de pedir perdón ni de ofrecer disculpas, lo hermoso o lo cruel del pasado no debe dividirnos, debemos reconocernos como el resultado de ese pasado. Escribió Neruda: “Estoy hecho de un barro que no está bien cocido todavía…” ¡Cuánta razón en su poesía! Eso es América Latina, una nueva y grande cultura que tiene los defectos y cualidades de muchas otras.
Pero hoy, la historia debe servirnos para reflexionar en la importancia de seguir escribiéndola. Los científicos dicen que, al alrededor del año 2030, el planeta Tierra entrará en una fase irreversible de cambio climático que amenaza la subsistencia de la especie humana; nos están diciendo que, si cada persona, cada colectivo, cada pueblo y ciudad, cada estado y nación no hacen algo por cambiar esta inercia, alrededor del 2030 la inminente extinción de las especies, incluida la humana, será irreversible.
¿Qué está haciendo usted para evitar esto? La Agenda 2030 es hoy la única estrategia mundial para que esto no ocurra, pero lamentablemente casi nadie está haciendo nada para lograrlo, ni los gobiernos ni la gente, solo unas pocas personas en el mundo, pocos colectivos están trabajando para conseguir los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible que contempla la Agenda 2030. Pero ¿qué cree usted? Eso no es suficiente, ellos no pueden solos, necesitan de usted y de cada uno de tus gobiernos, en este tema no podemos dejar que otros trabajen para salvar la vida en el planeta porque no lo van a lograr, se necesita de todos para evitar que la Tierra se convierta en un planeta parecido a Marte.
Hace 25 años estuve en tiempo en la sierra de Zongolica con científicos que había enviado la ONU, escogieron a Veracruz para recoger evidencias del cambio climático, una noche, después de un día arduo de trabajo, conversé ampliamente con el jefe de la misión, sus palabras se me quedaron grabadas para siempre: “Rubén, me dijo, si hoy dejáramos de consumir combustibles fósiles, de contaminar los mares y la tierra, si hoy dejáramos de talar árboles en todo el mundo y cambiáramos nuestras formas de producción y consumo, aun así, la Tierra tardaría 50 años en comenzar a revertir el cambio climático y devolverlo a las condiciones de hoy, no a las condiciones de hace 20, 50 o 100 años, sino a las mismas condiciones de hoy.” Han pasado 25 años de esa conversación con el científico, hoy me digo que, en estos 25 años no hemos hecho casi nada para cambiar eso ¿Y si empezamos hoy, cuantos años tendrán que pasar para revertir la inercia planetaria del calentamiento global, 60, 100 o 200?
Le damos prioridad a lo irrelevante ¡Qué importa quien gobierne este país, Veracruz o el municipio! Debemos comenzar a trabajar para conservar nuestra propia vida, la de nuestros hijos y si todo va mejor, la de nuestros nietos.
La Agenda 2030 no es una moda, no es discurso político, la Agenda 2030 y los 17 ODS, son un grito desesperado por salvar a la humanidad de sí misma, por salvar a los animales, las selvas y los océanos, es el grito más desesperado en la historia de la humanidad y quizá sea el último; si no lo escuchas hoy, el día en que lo escuches ya será demasiado tarde, aunque quieras cambiar, la inercia del cambio climático ya no podrá detenerse.
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