Concepción Cabrera de Armida  se convirtió en la primera laica mexicana en ser beatificada al atribuirle el milagro de sanar a un hombre mientras se encontraba paralizado. Luego de que el Papa Francisco declarara oficialmente beata a la fundadora de la congregaciones religiosas, en México se realizó la ceremonia respectiva presidida por el Arzobispo Primado Carlos Aguiar Retes, en la Basílica de la Guadalupe. La «beata Conchita» nació en San Luis Potosí en 1862 y fue fundadora de la Congregación Sacerdotes de la Cruz. La nota es de Iris Velázquez en «Reforma».