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Universidad Veracruzana

Justina es un robot de servicio, resultado de la evolución de otros robots creados desde 2005 por un equipo de estudiantes e investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), liderado por Jesús Savage Carmona, científico y profesor de esa entidad académica. 

La evolución de este aparato autómata fue mostrada el jueves 2 de mayo en el marco de las actividades por el 25 aniversario de la Maestría en Inteligencia Artificial (MIA) de la Universidad Veracruzana (UV), realizadas en el Auditorio “Emilio Gidi Villarreal” del Centro de Investigación en Inteligencia Artificial (CIIA). 

Justina es la mejor de todos los robots con los que cuenta la UNAM en la actualidad, entre ellos: TX8, TPR8, PACK-ITO y AL-ITA, pues los ha llevado a obtener diversos reconocimientos a nivel nacional e internacional, como el primer lugar RobotCup@Home de la RoboCupInternational. 

Bajo el Robot Operating System (ROS), Justina tiene una cabeza mecatrónica, una cámara, una red de micrófonos que le permite saber si le hablan adelante o atrás, torso para subir y bajar, láser, dos brazos con siete grados de libertad y una base con cuatro motores. 

“Nuestra idea es que en el futuro los robots de servicio estén en una casa, escuela, oficina u hospital para que ayuden a las personas en sus actividades cotidianas”, expresó Savage Carmona en su ponencia y visita a la UV. 

En el caso de Justina, buscan desarrollar más algoritmos para que navegue y reconozca mejor a las personas, tome las cosas más rápido y sea más eficiente. 

El robot tiene tres capas: una de entrada, planeación, representación del conocimiento y de ejecución. La entrada cuenta con sensores internos que reflejan el estado interno del robot, así como externos que le permiten detectar el medio ambiente. 

Indicó que, a nivel mundial, la robótica de servicio ha llevado a crear robots que hacen rondines de vigilancia, cortan el pasto, limpian y aspiran el piso, mismos que ya pueden encontrarse en el mercado. 

También los hay destinados para cuartos de servicio que reciben ropa sucia, la ponen en la lavadora, la sacan y meten a la secadora, luego la planchan y acomodan. 

Este avance cuenta con cámaras, pantalla y sensores de movimiento, lo cual hace que una persona se conecte con el robot, pues entre sus funciones también puede cuidar de un adulto mayor. 

Jesús Savage ofreció una perspectiva histórica de lo que hoy es Justina, para cuyo patrón han seguido es básicamente lo que ha pasado en la lógica de servicio desde la década de los setenta. 

Dio a conocer algunos modelos tradicionales de la robótica de servicio que incluyen planeador de acciones y de movimiento, para lo que se emplean técnicas de inteligencia artificial (IA). 

También hizo mención de los modelos reactivos, probabilísticos e híbridos. 

“Cada uno de estos modelos tradicionales tiene sus virtudes y defectos, la idea es coordinarlos para tener ahora lo que se llaman modelos híbridos que llevaron a la creación del robot Justina.” 

En 1996, Jesús Savage formó el Laboratorio de BioRobótica, donde se hace investigación sobre robots móviles, realidad virtual, reconocimiento de patrones, inteligencia artificial e interfaces hombre-máquina. 

Allí, junto con estudiantes de nivel licenciatura y de posgrado de la UNAM, realiza diversos proyectos en colaboración con universidades nacionales e internacionales e instituciones paraestatales. 

Narró que en 1996 adquirieron su primer robot (TX8), de una empresa de Estados Unidos, posteriormente vinieron otros más como: TPR8, PACK-ITO, AL-ITA y Justina. La última adquisición fue el robot Takeshi. 

Hoy en día también cuentan con robots virtuales, pues antes de probar los algoritmos con robots verdaderos o para las clases de robótica, es muy importante tener simuladores. Uno de ellos es el robot TX8. 

Para el científico, su gusto por la robótica inició cuando ingresó a la carrera de Ingeniería en Computación en la UNAM, en 1979. Desde la preparatoria intuyó este futuro, cuando leyó el libro Crónicas marcianasde Ray Bradbury, quien describía una casa en Los Ángeles totalmente automatizada con robots. 

Después cursó la Maestría en Ingeniería Eléctrica en la UNAM, y posteriormente un Doctorado en la Universidad de Washington, donde tuvo la oportunidad de tomar clases de robótica, pues en la UNAM en la década de los ochenta no había ese tipo de clases. 

Por: Claudia Peralta Vázquez