EN LOS CUARENTA y seis años que llevamos ejerciendo en los medios de comunicación, es la primera ocasión en que debo confesar que no conozco personalmente a Jorge Winckler, Fiscal General del Estado, no lo he visto ni siquiera a un metro de distancia. También debo confesar que no conozco al Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, a quien solo lo he visto en fotografías. Debo confesar que medio conozco al Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, pues solamente tuve una oportunidad de saludarlo en un evento de campaña política por intermediación de Don Ángel Álvaro Peña, Director de la revista “Políticos al Desnudo”.

Me pregunto, pues, ¿de qué lado estoy?

Lógicamente, que en este caso debo responderme que estoy del lado de la sociedad, a la cual tenemos la obligación de mantenerla informada, tanto en la noticia directa de los hechos que suceden, como en el caso del análisis de dichos hechos que es, prácticamente, lo que nos corresponde.

Debo confesar que soy Abogado de profesión, pero dedicado, con gran pasión, al ejercicio de la comunicación, a través de los diversos medios como es la radio, la televisión, la prensa y ahora, intentando ser parte de lo más actual como es el internet y debo confesar que por obligación de esta actividad, tengo que conocer lo más que pueda, a todos los actores de la vida política de Veracruz, México y el Mundo.

Pero insisto, debo confesar una vez más, que no conozco a los personajes ya citados anteriormente, cayendo, desde luego, en una irresponsabilidad, porque no puede ser posible que no conozca, por ahora, a quienes, de alguna manera, tratan de gobernar a este Estado, que para este servidor, es la entidad más importante de todos los que integran la federación, por razones, históricas, políticas y sociales, por las cuales ha destacado a través de todos los tiempos.

Es tiempo de decir que los funcionarios públicos, incluyendo al Presidente y al Gobernador, deben agradecer, todos los días, que hay personajes, como los periodistas, dedicados a difundir lo que hacen, bueno y malo, porque ese es el compromiso con la sociedad, aunque nadie se ocupe de reconocerlos.

Mejor sería que el Estado, les pudiera compensar, algún día, con una disposición gubernamental para otorgarles seguridad, vivienda, servicios médicos y una remuneración digna para que dichos periodistas, pudieran llevar el sustento diario a sus hogares, donde también los esperan hijos, una esposa y necesidades que cumplir como todo ciudadano.

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OTRO INTENTO MAS del Partido Revolucionario Institucional, en la búsqueda de su fortalecimiento político, después de la derrota que aún llora, es la renovación de sus cuadros en la dirigencia estatal, que a partir de ayer martes, dirige uno de los más acertados operadores políticos de nombre Marlo Ramírez.

El ahora líder estatal del tricolor, tiene una carrera política suficiente como para hacer que las cosas salgan bien en el objetivo de alcanzar un mejor nivel político en la entidad veracruzana.

Será pues, una constante preocupación del equipo que encabeza este hombre desde el momento en que recibe la más grande responsabilidad de conducir los destinos políticos de un partido que ha venido a menos.

Esta nueva oportunidad, nace a partir del momento en que se decide darle un sentido democrático a sus acciones, comenzando, desde luego, por el proceso interno donde la militancia, haya sido como haya sido, ya se manifestó a favor de un nuevo dirigente que tendrá, sin duda, el enorme reto de levantar al monstruo herido, que todo hace suponer que no está muerto y que puede resurgir en las próximas contiendas electorales.

Y a partir de esta nueva era del PRI, concebir, lo más pronto posible, la unidad que le hace falta, desechando al mismo tiempo, a todos aquellos que le procuraron la desgracia y que están plenamente identificados.

Si el nuevo dirigente no lo hace de esta manera, seguramente, que volverá a ser el estático partido en que se ha convertido para no trascender más y peor aún sin poder sanar esas heridas que infectadas por el tiempo, pueden llevarlo sin misericordia a su propia muerte.

En el PRI, se tiene que recordar que una batalla perdida, no significa haber perdido la guerra.

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DA GUSTO SABER QUE EL ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, en el Estado de Veracruz, es reconocido ampliamente por otras entidades del país, como una de las instituciones más avanzadas en el quehacer fiscalizador, garantizando la desaparición de prácticas que corrompen el servicio público.

En este sentido, avalado por la misma Auditoría Superior de la Federación, al ORFIS de Veracruz, se le ha encargado preparar a otros organismos similares del país, para que puedan perfeccionar el trabajo de autoevaluación y lograr trascender dentro del campo de lucha contra la corrupción.

El Auditor General del ORFIS, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, esta plenamente satisfecho del trabajo realizado y de la aceptación del mismo que la propia federación ha manifestado en diversas ocasiones. El ORFIS de Veracruz, es la institución más reconocida por los demás órganos que tienen la misma responsabilidad y por tanto buscan el apoyo de esta institución para poder alcanzar la misma certificación de la cual ahora goza el ORFIS de Veracruz.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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