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La Razón Online / Raúl Campos

Arthur Conan Doyle nació un día como hoy de 1859, hace 160 años, en Escocia, Reino Unido. Aunque provenía de una familia de ilustradores y dibujantes —sus tres tíos y su abuelo lo eran—  estudió medicina en la Universidad de Edimburgo, institución donde escribió sus primeras historias cortas —siendo la primera El misterio del valle Sasassa— y donde conoció al médico forense Joseph Bell, quien inspiraría años después a su más grande personaje e icono de la cultura popular mundial: Sherlock Holmes.

“Doyle es un maestro en la creación de personajes, el planteamiento y resolución de tramas, de la literatura policiaca y de aventura; tenía una gran y maravillosa facilidad para detallar una lógica que, de otra manera, sería muy difícil de estructurar y que se le iría a todo mundo: cómo analizar escenarios, inferir y calcular posibilidades y tomar la evidencia con base en el método científico”, explicó a La Razón el escritor y traductor Bernardo Ruiz López.

La primera aparición del detective y de su compañero, el doctor Watson, fue en la novela Estudio en escarlata, publicada en noviembre de 1887, en la revista Beeton’s Christmas Annual, cuando Doyle tenía tan sólo 28 años. Ésta narra la forma en que se conoció el dúo dinámico, cómo iniciaron a compartir la mítica habitación del 221B de Baker Street, en Londres —hoy un lugar obligado para sus fanáticos—, y su primera aventura juntos.

“Con Holmes y Watson, Doyle hace una  pareja inolvidable, realmente puedes cargar con ellos toda tu vida y volverlos compañeros de tus propias aventuras: Holmes se basa en la inteligencia y la observación; es un gran defensor del método científico.

“Por su parte, Watson es su fiel compañero y narrador; inclusive el propio Doyle decía que él era simplemente el agente literario de Watson; gran ejemplo de ello es que en Estudio en escarlata aparece la leyenda ‘reimpreso de las memorias del doctor John Watson’; eso es encantador”, detalló el también director de publicaciones y promoción editorial de la UAM.

El legado de Sir Arthur y su detective ha trascendido el papel: Holmes es el personaje literario que más veces ha sido interpretado en la historia: hasta 2012 se tenían contadas 254 encarnaciones. Ha sido llevado al teatro, como en la obra homónima de 1899 escrita por William Gillette; y al cine decenas de veces, como  Sherlock Holmes and the deadly necklace, estelarizada por el legendario Christopher Lee.

Hayao Miyazaki lo llevó al mundo del anime en 1984 y también tuvo algunas bizarras apariciones en caricaturas como The real ghostbusters (1984), Las Tortugas Ninja (1987) y Batman: the brave and the bold (2007).

Y pese a que escribió más de 50 obras, su detective es y será su trabajo más querido: “es un referente obligado y atemporal como el Quijote o El Santo. Es parte de la cultura que uno respira, cualquiera reconoce el ‘elemental, mi querido Watson’; y hay peregrinaciones al 221B de Baker Street porque es visto como alguien que vive en nuestra realidad y no en la ficción”.