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Universidad Veracruzana

– Marco Antonio Calderón Mólgora, antropólogo político e investigador de El Colegio de Michoacán, mencionó que la educación rural entre 1920 y 1930 fue un experimento social, promovido por la Secretaría de Educación Pública del gobierno mexicano.  

Mediante éste se buscaba generar métodos adecuados y eficaces para educar a la población indígena y rural”, explicó. 

El investigador presentó el libro Educación rural, experimentos sociales y estado en México: 1910-1933el 27 de mayo en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana. 

Este evento que fue organizado por el cuerpo académico (CA) Estudios Interculturales del Instituto de Investigaciones en Educación, también contó con la presencia de Gunther Dietz, investigador de esta entidad académica, y Elizabeth Martínez Buenabad, investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. 

Antonio Calderón comentó que aunque la educación rural entre 1920 y 1930 no dio los resultados esperados, sí tuvo un éxito parcial pues demostró que la educación podía permear en la población indígena, pero fracasó en su objetivo de transformar las comunidades rurales creando industrias locales. 

La industrialización del país originó que muchos de los indígenas migraran a las ciudades ya no regresaron a sus lugares de origen, lo que frenó el progreso de pequeñas localidades”, relató. 

El investigador informó que aún en la actualidad algunas organizaciones no gubernamentales en todo el mundo reproducen proyectos educativos que fueron implementados por el gobierno mexicano en la primera mitad del siglo XX, y los presentan como experiencias novedosas. 

Gunther Dietz mencionó que el objetivo del texto presentado es analizar los experimentos sociales urbanizados por la Secretaría de Educación Pública en las décadas de 1920 y 1930. 

“El autor explica la forma en la que el programa de educación rural del gobierno federal contribuyó al cambio cultural asociado a la formación del Estado de la posrevolución, a la difusión del sentimiento de ser mexicano y a la constitución de un nuevo sistema político”, declaró.  

Elizabeth Martínez enunció que en esta obra no sólo se percibe la pasión que el autor depositó a lo largo del texto en este periodo del México posrevolucionario, sino que en cada línea hay una parte de este investigador comprometido y apasionado por ofrecer un abanico de información que atrapa y seduce. 

“Este libro debería ser base de manera urgente de todas esas antologías creadas para educar a formadores, no sólo en el ámbito educativo sino en todos los campos disciplinares”, enfatizó.

 

Marco Antonio Calderón Mólgora

Por: Carlos Hugo Hermida Rosales