La Secretaría de Salud del gobierno federal propondrá para el próximo ejercicio fiscal, un incremento en los impuestos en cigarrillos, refrescos y alimentos con alto valor calórico y bajo nivel nutricional.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatel, sostuvo que esta medida no sólo disminuye el consumo sino genera un incremento sustancial en la recaudación fiscal.
Durante una conferencia, en la que se dieron a conocer los resultados de el Consumo de Cigarrillos Ilícitos en México, señaló que la aspiración es pasar del 65 por ciento al 75 por ciento en el pago de impuestos del costo final o total del producto.
Sostuvo que si bien no existen pruebas claras de que la industria del cigarro esté detrás de la distribución y venta de cigarrillos ilegales, hay aspectos que permiten presumir tal situación.
Por ello considero indispensable acotar el paso a la industria cigarrera y generar la prevalencia del interés público que representa la salud sobre el interés privado, que lo conforman las empresas productoras. Dicho estudio elaborado por las doctoras e investigadoras Belén Sáenz de Miera y Luz Myriam Reynales, refiere que nueve de cada 100 cajetillas de cigarros que se consumen en México son ilícitas.
Las investigadoras mencionaron que un cigarro ilícito cuesta en promedio 1.5 pesos y uno lícito, 2.3 pesos. En el mercado negro se detectaron 57 marcas, pero sólo 6 representan poco más de 70 por ciento del total. El nivel de penetración en el consumo de cigarros y marcas ilícitas es el siguiente: 27% en León, Guanajuato; 17.5% en Durango; 10.6% en Guadalajara, Jalisco; 7.8% en Mérida, Yucatán y 6.6% en la ciudadanía de México, a pesar de que ésta cuenta con la mayor cantidad de fumadores en el país con 1.8 millones.
Las consecuencias del consumo ilícito de cigarros reduce la recaudación de impuestos a los cigarros; disminuye la efectividad de las medidas para el control del tabaquismo y financia organizaciones crimínales, socava la gobernanzas y favorece la corrupción.
