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El Economista / Yolanda Morales

La agencia Fitch Ratings recortó la calificación soberana de México en un escalón, desde “BBB+” a “BBB”, todavía a dos niveles del grado de inversión.

Este ajuste a la baja refleja la combinación del aumento del riesgo para las finanzas públicas, ante el deterioro de la empresa estatal Pemex y la debilidad macroeconómica “agravada por las amenazas externas de las tensiones comerciales”, informó la agencia.

Este mismo argumento fue sostenido por la calificadora Moody’s, que en un comunicado anunció el cambio de la perspectiva sobre la nota soberana de México de estable a negativa, colocándola a una de tres probabilidades de recortarla.

La calificación de México en Moody’s es “A3/perspectiva negativa”, lo que la deja aún con tres escalones arriba del grado de inversión.