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La Jornada / Julio Gutiérrez

En la operación de la refinería que el gobierno federal planea construir en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, serán utilizados menores volúmenes de combustóleo y diésel para la generación de electricidad.

La planta tendrá como objetivo aumentar la capacidad de refinación para contar con combustibles limpios y procesará gasolinas de Ultra Bajo Azufre (UBA) para reducir el impacto ambiental del sector.

En la Manifestación de Impacto Ambiental Modalidad Regional, realizada por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), destaca que entre las características particulares de Dos Bocas tendrá 17 plantas de proceso e infraestructura de servicios.

Por otra parte, en la etapa de preparación del sitio y construcción del proyecto, el documento presentado ayer por la noche puntualiza que la infraestructura externa para el funcionamiento de la planta será realizada por terceros.

Según el IMP, dichas obras son la construcción de un oleoducto para el suministro de crudo; un poliducto para el desalojo de productos; y un gasoducto para el suministro de gas natural.

También, señala el documento, se hará infraestructura para el suministro de agua cruda y tratamiento de aguas municipales, así como la interconexión y sincronización con la red eléctrica de Comisión Federal de Electricidad (CFE) como suministro de respaldo.

Otras obras que se realizarán por terceros es la infraestructura ferroviaria para el suministro de catalizadores y el desalojo de productos como el coque y el azufre, un muelle para la carga y descarga de materia prima y salida de productos y obras de integración con vías de comunicación, tales como vialidades, servicios, derechos de vía.

En este sentido, el IMP añade que una vez que se definan los responsables de la ejecución de las obras externas, estos deberán elaborar y presentar su propia Manifestación de Impacto Ambiental correspondiente.