En las 37 Guarderías situadas en las cinco zonas de la Delegación Regional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte, se estableció el programa Lectura en Voz Alta, el cual consiste en leer cuentos o libros a las niñas y niños durante 15 minutos todos los días, tiene como propósito estimular el desarrollo del cerebro y de contribuir en la comprensión del lenguaje, la lectoescritura y en la adquisición de habilidades sociales.
Se ha visto que en los primeros tres años de vida el cerebro tiene una plasticidad enorme, esto significa que en esta etapa el cerebro tiene un mayor número de neuronas que realizan infinidad de conexiones si reciben las experiencias adecuadas. El primer acercamiento que tiene él bebé con el lenguaje es a través del oído, desde el útero, y él reacciona a la voz de su madre, desde ahí comienza a crearse el vínculo emocional entre los dos.
Entre los ocho a 10 meses de edad, un bebé comenzará a entender cómo funciona el libro y a utilizarlo como si estuviera leyendo, pero para que un niño de esta edad se entretenga pasando las hojas de un libro por sí mismo, es necesario que antes, un adulto significativo para él, le haya mostrado varias veces cómo se lee y cómo es que las páginas de un libro encierran historias, juegos y canciones.
Por otro lado, la lectura contribuye a desarrollar el pensamiento simbólico desde esta edad, pues él bebé comprende que las imágenes que ve en el libro no son la realidad, sin embargo, parecen reales y eso es el inicio del pensamiento simbólico.
Entre los 12 y los 24 meses surge en los niños el inicio del lenguaje, pasan del balbuceo a la creación de sonidos que son cada vez más parecidos a palabras entendibles, y con el lenguaje, el niño descubre que puede nombrar el mundo a su alrededor, pero también, nombrar aquello que no está, que puede expresar necesidades, expresar emociones, está descubriendo el poder de la palabra.
El niño aprende del adulto, cómo y para qué se utiliza el lenguaje. Si el adulto tiene un uso limitado del lenguaje, eso aprenderá el niño. Por el contrario, si el adulto hace uso de los libros y de la literatura para relacionarse con el niño, entonces al niño se le amplían sus posibilidades de lenguaje, de expresión y de entendimiento.
Por todo lo anterior, se recomienda dedicar 15 minutos diarios para la lectura; conocer el libro de antemano, para encontrarle todas las posibilidades; permitir que el niño sea el guía, que elija el libro y lo manipule, que decida hasta cuándo y cuantas veces quiere releer el mismo libro; diviértete y disfruta de la lectura, pues el niño también lo hará, para esto, elige libros que a te gusten, que te parezcan interesantes, cualquier momento es bueno para fomentar en los niños el lenguaje.
Además de dedicar un momento especifico todos los día para contar cuentos, es recomendable que los niños puedan acercarse a los libros cuando ellos lo deseen para hojearlos por su cuenta, por esto deben estar en una canasta en el piso, en una repisa o en un librero de fácil acceso para ellos.