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La Razón Online / Luciana Wainer

Tic Tac. Uno de los estrenos más esperados del año en Netflix: la segunda temporada de Dark. Tic tac. La serie alemana llega con una dosis extra de misterio, más tramas entrecruzadas, muchos más viajes en el tiempo y hasta algunas relaciones incestuosas. Tic tac. Para los olvidadizos y despistados que no pueden recordar todos los personajes e historias desarrolladas hace un año y medio atrás, la recomendación es repasar algunos episodios, porque la complejidad va en aumento y los ocho capítulos recientemente estrenados requerirán de toda nuestra atención. Tic tac. Por encima de las historias de amor, del misterio y de las desapariciones, el protagonista de esta segunda temporada es, sin duda, el tiempo. Lo indescifrable, misterioso y tiránico del tiempo, cuya construcción parece determinar aquello que viviremos en el futuro, pero… ¿Y si no fuera así? Tic tac.

Si bien los viajes en el tiempo se vuelven un enjambre caótico al que no hay que perder de vista, nada es arbitrario o, como ellos mismos dicen, “todo está conectado”. El ciclo de 33 años está a punto de terminar —momento en el que la Luna y el Sol vuelven a posicionarse en el mismo punto — y con él sobrevendrá el Apocalipsis. Los mismos 33 años que tenía Jesús cuando fue crucificado; los mismos que suman todos los lados del cuadrado mágico de Antonio Gaudí en La sagrada familia; o los mismos 33 cantos que Dante Alighieri le dedicó al Purgatorio, al Infierno y al Paraíso en La divina comediaDark crea una ficción multirreferencial que toma teorías filosóficas, religiosas y hasta científicas, donde el tiempo deja de ser una línea recta para convertirse en un círculo cerrado. Si esto fuera así, no sería sólo el pasado el que influiría en el presente, sino también el futuro modificando el pasado y, como consecuencia, el punto de “inicio” deja de ser claro y la cadena de causa-consecuencia se trastoca.

Borges, en uno de sus cuentos, describe la contemplación del Aleph de esta manera: “en ese instante gigantesco, he visto millones de actos deleitables o atroces; ninguno me asombró como el hecho de que ocuparan el mismo punto, sin superposición y sin transparencia. Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré, sucesivo, porque el lenguaje lo es”. El Aleph, entendido como un punto en el que convergen las cosas de todas las épocas de manera simultánea, es una anulación de la concepción lineal del tiempo. Sin embargo, la única forma que encuentra el autor para comunicarla es a través del lenguaje escrito que se traduce, paradójicamente, en una sucesión de palabras.

En Dark no son simultáneas todas las épocas, pero sí están interconectadas. El problema empieza cuando se superponen, cuando alguien encuentra el lugar de conexión —ese punto que bien podría ser el Aleph—, y todo se trastoca de forma tal que alguien podría estar caminando junto a su “yo” del futuro o del pasado.

En la ambición por saber y entender, los personajes viajarán por 1921, 1954, 1987, 2020 y el futuro posapocalíptico aunque, en lugar de arreglar las cosas, parecen empeorarlas. El reloj, mientras tanto, seguirá marcando las horas. Tic tac. Pero ya no importa, porque el presente no existe.

  • El tip: La tercera temporada de la serie ya se encuentra en producción e inició su rodaje en Berlín, informaron sus creadores.