Lugar:
Fuente:
Universidad Veracruzana
  • En países como Argentina, los gobernantes desean usar a la educación pública como vector de transformación, para proyectar desde allí la formación de nuevos sujetos que este modelo requiere 

 

 

 

Investigadoras de diversas instituciones de educación superior coincidieron en que el neoliberalismo hace uso del sistema de educación pública para imponer su ideología, por medio del adiestramiento de los estudiantes en habilidades socioemocionales como el pensamiento crítico y la autorregulación, que son las que demanda el mercado laboral.  

Esto ocurrió dentro de la Mesa 2 del evento Giros Teóricos VII La producción de conocimiento y el espectro del neoliberalismo en América Latinarealizado del 26 al 28 de junio por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana(UV).  

Las participantes de esta mesa de diálogo que se llevó a cabo el 26 de junio en el auditorio del IIH-S fueron Rosa Nidia Buenfil, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), quien abordó el tema “Neoliberalismo y privatización de la escuela: entre los juicios y el análisis”; y Eva de Porta, investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, que expuso el trabajo “Narrativa neoliberal y discurso educativo”. 

Además de Myriam Southwell, investigadora de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, que colaboró con “Pasiones, afectos y construcción de hegemonía. El lazo libidinal y las políticas educativas recientes en América Latina”. La moderación corrió a cargo de Fabio Fuentes, representante de la Universidad Pedagógica Veracruzana. 

Eva de Porta mencionó que si bien el discurso neoliberal adquiere sus propios rasgos discursivos en cada realidad social y política, hay ciertas operaciones que se repiten y buscan borrar aquellos sentidos vinculados al paradigma educativo centrado en la matriz de derechos, representados por cualidades como la universalidad y la equidad.  

“Estas operaciones buscan resignificar otros valores como la obligatoriedad y la justiciabilidad, que son más afines a la lógica económica neoliberal”, comentó. 

La investigadora mencionó que el gobierno argentino actual tiene una clara estrategia para modificar a través de la educación la matriz popular sobre la que se construyó y reconstruyó la cultura nacional.  

“Los gobernantes desean usar a la educación pública como vector de transformación para proyectar desde allí la formación de nuevos sujetos que el modelo requiere”, aseguró.  

Myriam Southwell relató que el formato escolar constituido en Argentina tiempo atrás resultó muy funcional a la estandarización de la cultura, ya que a lo largo de los siglos XIX y XX las sociedades modernas convirtieron a la escuela en una herramienta privilegiada para llevar a cabo potentes procesos de unificación de costumbres, prácticas y valores en la población. 

Destacó que frente a esto, las políticas educativas actuales de ese país impulsan el desarrollo de habilidades socioemocionales, como el pensamiento crítico y la autorregulación. 

“Esta propuesta de educación emocional que enfatiza la autorregulación y la adaptación entronca con la tradición más conservadora de la educación moral escolar”, aseveró.  

La investigadora enfatizó que estas políticas educativas apuntan a un adiestramiento emocional funcional a los requerimientos del mercado laboral neoliberal.  

Nidia Buenfil declaró que problematizar proponer preguntas significativas a partir de un tema dado al neoliberalismo no implica desacreditarlo epistemológicamente desde un supuesto lugar de la verdad o descalificarlo políticamente, sino poner bajo sospecha su supuesta linealidad, inmediatez, normalidad y universalidad, y así activar otras lógicas de investigación distintas del maniqueísmo, el dilema y su inevitabilidad –bueno o malo, blanco o negro 

Afirmó que lautocomplacencia con el juicio político normalizado en un sector progresista impide vislumbrar el potencial político que muchos procesos conllevan, como los maestros heroicos que enseñan a pesar de las reformas neoliberales, escuelas rurales que no desaparecen y padres de familia que actúan como agentes que se apropian de una política educativa. 

El trabajo crítico del intelectual de izquierda desaprovecha una posibilidad valiosa al autocomplacerse con las interminables reiteraciones de la perversidad neoliberal”, enunció. 

Por: Carlos Hugo Hermida Rosales