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RT/AP

En la capital de Alaska, Anchorage, las temperaturas han llegado a más de 32 grados, batiendo el récord establecido hace 50 años.

En otras localidades de este estado norteamericano también se han alcanzado sus niveles máximos. Los científicos explican el fenómeno con una alta presión que se estableció en la parte centromeridional de la península.

Tras varias jornadas de altas temperaturas, el Servicio Meteorológico Nacional en Anchorage anunció ayer que la zona sur de Alaska registraría marcas por encima de los 26.6 grados Celcius y hasta podrían superar los 32.2 grados.

Entre las causas que provocaron esta situación inusual están la caída del nivel del hielo que rodea a la región y el incremento de la temperatura del océano en 2.5 grados centígrados, a lo que se le suma el sector de alta presión y el pico de energía proveniente del sol.

De acuerdo con el climatólogo Rick Thoman, las ciudades de Anchorage, Kotzebue, Talkeetna y Yakutat registraron el junio más cálido desde que se toman los registros; mientras que en Nome, King Salmon y McGrath, fue el segundo de mayor calor.

Hace unos días, países como Alemania y Francia registraron temperaturas que no se veían desde la década de los 70, provocando, incluso, la muerte de algunas personas.

Conforme una ola de calor avanzaba el martes pasado hacia el este de Europa, llevando consigo temperaturas abrasadoras a Serbia y el resto de los

Balcanes, nuevos datos revelaron que el mes pasado fue el junio más caliente del que se tenga registro en el continente.

Las mediciones recabadas por el sistema satelital Copérnico de la Unión Europea revelaron que la temperatura promedio en el continente el mes pasado fue más de 2 grados Celsius superior que durante el periodo de referencia que abarca de 1981 a 2010.

El calor intenso hacia finales de junio también rompió por 1° C el récord continental para el mes, impuesto en 1999. Francia, Suiza, Austria, Alemania, República Checa y España impusieron nuevas marcas nacionales para el mes de junio y la localidad de Gallargues-le-Montueux, en el sur de Francia, alcanzó el viernes los 45.9 Celsius (114.6 Fahrenheit).

Después de analizar las temperaturas de la ciudad francesa de Tolosa entre el 26 y el 28 de junio, el grupo World Weather Attribution concluyó que cada ola de calor que se registra actualmente en Europa “se ha vuelto más probable e intensa debido al cambio climático inducido por el ser humano”.