Una señora bien entrada en años estaba en la cubierta de un navío, agarrando su sombrero firmemente con la dos manos, para que el viento no se lo lleve. Un caballero se aproxima y le dice:  -Perdóneme señora, no quiero incomodarle,  pero ¿se dio cuenta que el viento le está levantando mucho su vestido?. -Sí, pero necesito las dos manos para sostener el sombrero. – Pero ¿usted sabe que sus partes íntimas están siendo expuestas? dice el hombre. La señora respondió. -¡caballero, cualquier cosa que se vea de aquí para abajo tiene 85 años! ¡El sombrero lo compré ayer!. Lo publican en «Auge de vida».