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Jóvenes construyendo el futuro es una de las promesas y quizás un gran acierto del actual gobierno. La iniciativa ha permitido que jóvenes de 18 y 29 años accedan a la vida laboral, obteniendo una beca de 3 mil 600 pesos mensuales, además de una capacitación en el área de su elección. ¿Funciona el programa?, esto lo sabremos al cabo de un año, cuando las horas de capacitación hayan finalizado, sin embargo de momento esta es una oportunidad única para quienes no encontraban trabajo o estaban faltos de actividades.
He conocido a algunos beneficiarios de este programa, tanto jóvenes como las empresas e instituciones que han obtenido ayuda laboral gracias a este proyecto y de cierta forma, todos ganan. Los empleadores tienen la oportunidad de tener a más personas en la empresa o institución sin tener gastos mayores, ya que el gobierno cubre los gastos de capacitación, al tiempo que los jóvenes encuentran vacantes para comenzar en la vida laboral y capacitarse en distintos rubros.
A simple vista, esta podría ser una de las apuestas más grandes de la 4T, capacitar a jóvenes para que adquieran el conocimiento necesario para después emprender o unirse a la fuerza laboral en otros puestos. Sin embargo en una primera etapa el programa ha tenido fallas y quejas. Hay quienes reportan que dicho programa sigue siendo excluyente pues brinda vacantes dirigidas solo a la clase media, deja de lado a comunidades rurales, e incluso desde el formato de inscripción muchos quedan fuera.
Para ser parte de jóvenes construyendo el futuro ya sea el empleador o el joven interesado, deben registrarse en una plataforma digital, la cual exige ciertas condiciones tecnológicas con las que no cualquier equipo cuenta. El proceso no es claro para todas las personas, hay quienes enfrentaron diversas dificultades, principalmente en zonas marginadas por el desconocimiento del uso de la misma.
Un estudio realizado por Microsoft, señaló que sólo 4 de cada 10 jóvenes sabe cómo funciona la tecnología de una computadora, lo cual limita ya las posibilidades de desarrollo de 6 de cada 10 jóvenes pues al no tener acceso a estas herramientas se dificulta su incursión en la vida laboral. En contraparte se ha declarado por distintas autoridades que al igual que con las becas otorgadas en otros niveles, existen personas encargadas de buscar a posibles becarios en las zonas rurales y marginadas.
Mientras tanto quienes ya son parte del sistema ven en este programa un beneficio, sobre todo aquellos que ya llevaban largos periodos de búsqueda sin resultado, el programa sin duda brinda conocimientos, la cuestión será ver cómo evoluciona, determinar si el gobierno seguirá subsidiando vacantes para diversas instituciones y si el conocimiento que adquieran los aprendientes podrá competir con el resto de personas una vez finalizado el programa.
El futuro es incierto para los jóvenes sean o no participes de este proyecto, pues el mundo laboral de ahora dejó de ofrecer las prestaciones que antaño disfrutaron otra generaciones, además de la capacitación laboral es necesario adquirir información respecto a prestaciones sociales y temas que determinarán para todos un mejor futuro.
El proyecto en sí es un avance, falta determinar cómo se implementarán las siguientes etapas y cómo la sociedad se beneficiará de esta propuesta. Programas similares se han implementado en otros países con éxito, pero exigen el desarrollo de empresas propias o ideas de emprendimiento una vez finalizada la capacitación, aquí el éxito dependerá de las habilidades que cada uno de los jóvenes demuestre durante su crecimiento. El futuro sigue siendo incierto, pero las ganas de crecer prevalecen.