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SinEmbargo.mx

México ha sido sede mundialista en dos ocasiones: 1970 y 1986. En la primera justa celebrada en nuestro país, la Selección de Brasil y Pelé salieron campeones; 16 años después Argentina probaría las mieles del triunfo con su máximo referente: Diego Armando Maradona.

Para Diego, el proceso mundialista inició en 1983, cuando militaba en el FC Barcelona y la escuadra argentina vivía una etapa de metamorfosis que inició no sólo la división de sus aficionados, sino de los propios jugadores: la proclamada guerra entre en el “menottismo” y “bilardismo”. César Luis “El Flaco” Menotti había dejado el banquillo de la Selección, y su lugar fue ocupado por Carlos Salvador Bilardo.

En aquella época también existía una rivalidad argenta entre Daniel Passarella y Maradona, quienes desde Europa se vieron frenados por la FIFA para no asistir a los encuentros amistosos de su selección, tal y como lo relata “El Pelusa” enMéxico 86: Así ganamos la Copa. Mi mundial, mi verdad.

Lesiones, su mudanza de Barcelona a Nápoles, una guerra contra la FIFA y la AFA, un vestuario lleno de fricciones y Maradona con hambre de ponerse la camiseta de su país y salir campeón a toda costa, son tan sólo algunos de los ingredientes que acompañan a la obra del “Pibe de Oro”.

Es Diego Armando, el 10 albiceleste que se ganó un pedestal en la historia del balompié, quien narra detalladamente la travesía que vivió el plantel en México para alcanzar la ansiada Copa del Mundo de 1986.

Les habla Diego Armando Maradona, el hombre que le hizo dos goles a Inglaterra y uno de los pocos argentinos que saben cuánto pesa la Copa del Mundo…

“Maradó” confiesa que nunca había visto ningún partido de aquel Mundial, y como si hubiese sido ayer presenta cada alineación y cambio de todos los encuentros disputados en el verano de 1986. Desde su instalación en Coapa (casa club del América) hasta los traslados hacia los estadios, el texto se convierte en un viaje en el tiempo.

Corea del Sur y sus “karetacas”, Italia y las caras conocidas, y la confianza ante Bulgaria fueron los primeros peldaños que anticiparían el triunfo argentino. El 1-0 ante Uruguay en cuartos de final es la antesala a uno de los hechos más emblemáticos del futbol mundial: la final adelantada contra Inglaterra y “La Mano de Dios”.

Entre polémica y celebraciones, Argentina dio el siguiente paso y venció a Bélgica en semifinales, para después alcanzar el objetivo ante su similar alemán.

¡Campeón del mundo, campeón del mundo! ¿Sabés lo que es eso, sabés lo que es ser campeón del mundo con la camiseta de tu país, con tu camiseta? No se compara con nada.

Diego dice que no celebra para nada que el conjunto argentino no haya vuelto a ganar un Mundial desde entonces. En 2016 le deseaba a Lionel Messi que saliera victorioso en Rusia 2018… y no ocurrió.