*De Karl Marx: “El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan”. Camelot.

EN EL BENDECIDO CIUDAD MENDOZA

Hace unos días, había quedado con el bendecido alcalde, Melitón Reyes Larios (bendecido, porque es hermano mayor del Arzobispo Hipólito Reyes Larios quien, todas las mañanas, desde su Capilla Sixtina jalapeña le manda las bendiciones para que conserve salud y gobierne bien a su pueblo, bendiciones urbi et orbi). Pues a cada capillita le llega su fiestecita y ahí me tenéis, al lado del abogado Hugo Solano, desayunando primero con el presidente municipal y luego emprender camino a Ciudad Mendoza. Al castillo no de la pureza, al castillo de Eucario León López (1903-1957), dirigente sindical de aquel tiempo cuando gobernaban los grandes presidentes de la República, desde Miguel Alemán Padre hasta el del día en que encontró su muerte, 1957, algunos hablaron de un atentado y otros de un accidente carretero. De eso hablábamos, de lo que fue este dirigente mendocino, que era oaxaqueño, y de cómo en aquel tiempo eran más importantes que los políticos. Pasé a una galería de él y encontré lo que vi. Entramos al sitio donde hace unos días se fijó una exposición fotográfica en honor al Diario de Xalapa. Vi las fotos de esa galería, tres gobernadores: Yunes, Duarte y el Cuitláhuac, y otras fotos de relevancia. Melitón hace grandes esfuerzos por llevar obras públicas y cosas interesantes de la cultura, cuando recorríamos parte de su pueblo, me presumió tenerlo limpio, como en Orizaba, donde la limpieza de sus calles es ejemplo. Sigue con su proyectos este alcalde, hacer el paso sumergido a desnivel de la entrada del puente, para librar las peligrosas vías, nuevos mercados y un terreno que adquirió para hacer cosas de bienestar para la ciudad, un gran paseo peatonal por donde llega el agua del canal, sin quitar el renglón de pasar el Palacio Municipal a la Escuela Esfuerzo Obrero, haciéndoles salones y escuela digna, y así hacer como en Orizaba en tiempos de Isaías (Rodríguez Vivas), que del Palacio de Hierro se fueron a las escuelas del CEO y a estas escuelas unas aulas y salones bien dignos, así queda Mendoza, aunque ahora haya quienes se oponen. Llegamos, la exposición está presente. Son solo fotografías de los años del diario. Abrimos el salón y conocí su valioso comedor, de 18 sillas, el original que tenía Eucario León, de quien Carlos Lartigue desde San Francisco me escribió que un nieto de él es un oftalmólogo reconocido en Ciudad de México. Cuando se adquirió esta casa castillo, lo bueno fue que se compró con los muebles de aquella época, de buen cedro, tallado por buenos ebanistas, bien conservados, a la entrada un retrato tamaño natural de quien lideró ese sindicalismo en aquellos años que los franceses aún era dueños. Cuatro jovencitas están a la puerta dando la bienvenida, es un evento del Ayuntamiento que aún pueden visitar, pues se cierra el fin de semana.

EUCARIO LEON DIRIGENTE

Y pasamos a un cuarto salón donde el gobierno de Veracruz montó una exposición de aquellos años, cuando no había ningún dirigente en el país que se asemejara a Eucario León López, dirigente nacional de la CROM, las textileras eran lo máximo de trabajo. Vamos, Fidel Velázquez ni existía y Daniel Sierra Rivera, dirigente cervecero, apenas daba sus pininos, sus primeros pasos en el sindicalismo de Orizaba. Eran los tiempos que no llegaban los corruptos dirigentes sindicales, como Romero Deschamps y el ferrocarrilero Víctor Flores, una chulada de pillos. En la galería montada se ve al dirigente mendocino, al lado muchas veces del presidente Alemán Valdés, y del otro lado el gobernador, el Chato Quirazco (Chato era genial, le gustaba el chupe y en la bolsa de atrás traía siempre una anforita, que disfrazaba de refresco, como a Zedillo cuando le agarraron una chela en vaso y el muy mentiroso dijo que era Sidral Mundet) o quien apareciera. Los desfiles que se encabezaban en Ciudad de México cuando del brazo iba del presidente en turno, fuera Díaz Ordaz o Ruiz Cortines o Alemán, y fotos donde al lado tiene a López Mateos. Y una extraordinaria, con el Tata Lázaro Cárdenas, lázalo, lázalo que se te va, exponiéndole seguro algún problema de obreros. Eucario era gente grande del sindicalismo, bateaba arriba de los 400, por llegar al término beisbolero. Era un big liguer, si la muerte intempestiva no se le hubiera atravesado, muy seguro sería y hubiera sido (ah, los dichosos hubiera) el Fidel Velázquez de aquel tiempo. Porque era el obrero que estaba al lado de los presidentes de la República, el más significativo, el más encumbrado, y cuando estos venían aquí como candidatos o presidentes, la figura de Eucario a su lado engrandecía al gremio. Era también el tiempo del Padre Rafael Rúa Álvarez, un Cura que apaciguó conciencias y líos entre los sindicalistas, pero eso será para otra historia. Eucario dejó estela de grandes obras, como Daniel Sierra Rivera en el Cinema Orizaba, edificio SOAICC; el Cine Juárez, que adquirió una empresa de supermercados, la misma Escuela Esfuerzo Obrero, que Melitón quiere rescatar para hacerla Palacio Municipal, y los campos de fútbol, único campo pueblerino en el mundo con las alegorías y símbolos de los aros olímpicos. Historias muy nuestras, de nuestra región, de nuestro entorno.

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