El día de ayer, mi paisano, el presidente López Obrador, dio un mensaje a la nación en el marco de su Primer Informe de Gobierno. Sin duda, el optimismo que se tiene respecto a la situación en la cual se encuentra nuestro país fue evidente, por eso es importante analizar las cifras oficiales, ya que los números no mienten, y desafortunadamente muestran que México no va bien.
En materia económica, es sumamente preocupante que hoy vivimos un estancamiento que no se había visto desde la crisis global del 2009. Según el Inegi, durante el trimestre de abril a junio, el PIB a nivel nacional se mantuvo sin crecimiento en términos reales, cifra que nos muestra que la promesa de crecer a un ritmo de 4% anual se ha vuelto prácticamente imposible de cumplir. El presidente lo admitió, la economía no está creciendo como se esperaba, y para revertir esta tendencia debe reorientarse inmediatamente el manejo de la política económica.
Uno de los asuntos más alarmantes fue la recaudación presupuestal. Durante el primer semestre del 2019, los ingresos presupuestarios, en comparación con lo estimado en la Ley de Ingresos, cayeron más de 68,000 millones de pesos. La principal caída se dio en los ingresos provenientes del sector petrolero, pero también en los ingresos fiscales. Cuando no hay crecimiento económico, es porque no hay consumo ni inversión, por tanto, las empresas no tienen utilidades, y, en consecuencia, pagan menos impuestos. Tampoco me sorprenden los números de los ingresos petroleros, derivado de la poca viabilidad financiera que se le ha conferido al Plan de Negocios de Pemex, así como la transparencia color chapopote que ha caracterizado a esta administración.
Adicionalmente, es importante observar el gasto presupuestario del sector público durante estos primeros seis meses, ya que los subejercicios son tremendos y la estrategia para remediarlo es inconsistente. Según datos oficiales, el subejercicio acumulado supera los 174,000 millones de pesos, pese a que distintos funcionarios han decidido llamarlos “ahorros”. La realidad es que el Informe Trimestral de la Secretaría de Hacienda determinó ahorros por sólo 970 millones de pesos, en otras palabras, ahorros más los subejercicios dan como resultado que dejaron de gastar ¡175,000 millones de pesos!
Un ejemplo de esto se puede ver en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social; misma que registró un subejercicio de más de 60 por ciento. Esto llama mucho la atención derivado de la caída significativa que se ha registrado en materia de creación de empleos y el poco éxito del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, mismo del cual se ha documentado que ni existen las empresas ni hay un padrón real de los beneficiarios. Por su parte, el IMSS reportó que a la fecha se han creado poco más de 289,000 nuevos empleos, cifra que representa ¡una caída de 40% con relación al mismo periodo del 2018!
Especialmente llamativo, también, es el enorme sentido de ilegalidad. Este sábado el grupo mayoritario decidió desconocer la norma que establece que la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados debe rotarse entre las principales fuerzas políticas, resultando en el uso de la fuerza de sus votos para cambiar la Ley actual. No reconocen que la mayoría que alcanzó el presidente en las elecciones (53.2%) es 10% menor a la alcanzada en la Cámara de Diputados como coalición (43.6%) y 15% menor como partido Morena (36.3 por ciento).
Si hay menor respeto a la ley y a nuestra Constitución, si todos los rubros de gasto han disminuido y además mantienen enormes subejercicios, me pregunto realmente si este cambio de régimen ha recogido los logros esperados, contrariamente estoy convencida que México no va bien, y como dice mi paisano, no es por presumir, pero se .los advertimos.
Tomado de El Economista