FREUD Y LA SEGUNDA MENTE, A 80 AÑOS DE SU MUERTE. (I)

En el presente mes de septiembre se están recordando los 80 años de la muerte del padre del Psicoanálisis Sigmund Freud. La sola vida del médico vienes es cautivante, sobre él se han escrito gran cantidad de estudios, criticas, ensayos especializados, y es que en el terreno de la Psicología existe un antes y un después de Freud. El neurólogo pronto se convirtió en uno de los personajes más influyentes de su época, el aporte freudiano es enorme, pero sin duda alguna, la gran contribución en sus estudios sobre la mente humana se encuentra en el descubrimiento del inconsciente, llamado en algún momento la otra mente, en la cual la consciencia no tiene acceso, sin embargo, el inconsciente se manifiesta de muchas maneras y logra influir en nuestras vidas más que el consciente.

Lo anteriormente expuesto se encuentra ampliamente desarrollado en una de las obras cumbres de Freud titulada: “La interpretación de los sueños.” Esta emblemática obra se integra por tres volúmenes e iniciamos el presente mes freudiano analizando el contenido y planteamiento que consideramos esencial del primer volumen. La obra está integrada por los siguientes temas: “1. Los sueños. 2. La literatura científica sobre los problemas oníricos. Apéndice 1914. 3. El método de la interpretación onírica. 4. El sueño es una realización de deseos. 5. La deformación onírica.”

En el capitulo: “Los sueños”, Freud nos introduce al universo del sueño, analiza los estudios históricos, las interpretaciones, puntualmente señala que hasta el momento en que él estaba investigando sobre los sueños existían tres posiciones tradicionales respecto a los sueños las cuales son: “1. Para algunos filósofos es un estado especial de la actividad psíquica que libera el espíritu del poder de la naturaleza exterior. 2. La mayoría de los médicos le atribuyen apenas el valor del fenómeno psíquico. Los sueños son provocados exclusivamente por estímulos físicos o sensoriales. Lo soñado no podrá, por tanto, aspirar a significación ni sentido. 3. Le creencia popular que los sueños tienen un sentido, anuncio del porvenir.

Partiendo de las posiciones tradicionales antes descritas, Freud desarrolla un largo recorrido por la historia del sueño, analizará e interpretará sueños personales, algunos sueños de sus pacientes, teniendo como objetivo central demostrar que los sueños son susceptibles de interpretación. Y aquí se encuentra el gran aporte freudiano, porque sus investigaciones demostraron que los sueños son: “Un acabado fenómeno psíquico, y precisamente una realización de deseos; debe ser incluidos en el conjunto de actos comprensibles de nuestra vida despierta, y constituye el resultado de una actividad intelectual altamente complicada.”

Hasta lo antes descrito, los planteamientos son muy claros, pero para llegar a este descubrimiento Freud elaboró toda una teoría. Con el descubrimiento del inconsciente nos encontramos con dos modelos o procesos mentales, el consciente y el inconsciente, entre ellos se encuentran la censura, esta figura tiene la función de eliminar muchos pensamientos que están en nuestra interior y que la censura los mantiene reprimidos, ejemplo: los deseos sexuales de la infancia. Cuando dormimos es el instante donde la censura se relaja un poco, es decir, disminuye la represión de nuestros pensamientos ocultos y reprimidos, y estos logran salir a través de los sueños mediante imágenes, representaciones, pero la censura aún en su breve relajamiento logra hacer que las representaciones reprimidas no sean claras en los sueños y esto explica porque la mayoría de nuestros sueños son confusos, incoherentes, oscuros.

Ahora bien, lo antes revelado es la explicación de un acto consumado, el sueño en sí mismo, empero, para que el sueño sea manifiesto, forzosamente lo soñado debe tener un origen. Aquí Freud utiliza en su explicación dos términos centrales que son: “sueño latente y sueño manifiesto”. El sueño latente son las experiencias, los pensamientos, sucesos externos (sociales) e internos (psíquicos) que vivimos día a día, todo este material que consideramos a veces insignificante, es la materia prima que sirve para la elaboración del sueño, y la censura logra desvirtuar estas ideas latentes u originales que tuvo el consciente, y consecuentemente son las que se convierten en sueño manifiesto, concreto, oscuro, sin dejar de señalar que una vez despiertos, la censura inmediatamente intenta hacer que  nuestros oscuros sueños se borren.

Aquellos que acepten nuestra hipótesis de que la enigmática oscuridad y confusión de los sueños es debida principalmente a la existencia de una censura, no se extrañarán de ver entre los resultados de la interpretación onírica el de que la mayoría de los sueños de los adultos se revelan en el análisis como dependientes de deseos eróticos reprimidos. Desde que hemos llegado al conocimiento de la sexualidad infantil, que regularmente pasa inadvertida o es mal comprendida, podemos decir que casi todo hombre ha conservado en algún punto la conformación infantil de la vida sexual y comprendemos que de este modo que los deseos  sexuales infantiles reprimidos proporcionan las más frecuentes y poderosas fuerzas instintivas para la formación de los sueños.

Por todo lo desarrollado en este artículo, desde el primer volumen Freud fue concreto en afirmar que los sueños tienen una función central en nuestras vidas consistente en la realización de deseos, por supuesto que los sueños son tan oscuros, incoherentes, que pudiéramos llegar a dudar de lo antes afirmado, pero en el libro Freud expone sueños concretos y los va desmembrando, analizando e interpretando detalladamente, y realmente es sorprendente como hasta el contenido más incoherente de un sueño tiene una explicación coherente, clara, justificada y absolutamente creíble, este hecho ha provocado grandes beneficios a la salud mental y espiritual del hombre, porque si bien no es fácil, el sólo intento de conocer nuestro inconsciente puede ayudarnos a liberarnos de las múltiples represiones y frustraciones que nos impone el consciente.

 

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