Estudiantes de la Universidad Veracruzana (UV) que participaron en el Programa de Movilidad (Promuv) por Objetivos reconocieron que, a pesar de las dificultades, es una experiencia que cambió sus vidas, no sólo a nivel profesional sino también como personas.
Entrevistados a su regreso a la máxima casa de estudios de Veracruz, seis jóvenes relataron los pormenores de sus respectivas experiencias de movilidad en donde encontraron coincidencias y situaciones muy particulares que vivieron al radicar durante un mes o un semestre en países como Cuba, Francia y Colombia, o en estados como Chihuahua y Michoacán.
Isabel Pimentel Santiago, alumna de la Facultad de Biología, cursó un semestre en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
Recordó que las personas que la recibieron fueron muy amables y el haber participado en el Promuv implica “tener experiencias nuevas donde se compara lo que uno vive en la UV y nos ayuda a ampliar nuestro panorama, ayuda a ver más allá de lo que tú vives aquí”.
Su estancia de un semestre fue diversa ya que había materias similares y otras con temáticas muy diferentes, en su caso respecto a la biología evolutiva y el trabajo que realizan en dicha institución con fósiles, así como los trabajos que realizan en torno al cultivo del aguacate.
“La carga horaria era menor, pero sentía que aprovechaba el tiempo más porque los profesores abordaban los temas de manera concisa y esto permite que traten más cosas”, comentó.
Manuel Alejandro Poumian del Puerto, estudiante de la Facultad de Psicología, cursó un semestre en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y recomendó reservar los créditos del Área de Formación de Elección Libre (AFEL) para esta experiencia porque son útiles cuando se deben escoger las asignaturas en la universidad que los recibe.
“A mí me costó bastante lo del trámite, necesitas más orientación de la que te dan en la página web; si alguien se quiere ir yo les digo cómo se hace el portafolio”, comentó con relación a los diversos requisitos que se deben de cubrir para participar en la selección.
“Tienes que entrar a buscar el plan de estudios y ver la coincidencia con las asignaturas”, agregó.
En su opinión, se requiere de mayor difusión y disposición para informar de los programas de movilidad, pues en su caso requirió de varias consultas y asesoría para cumplir con los requisitos de la convocatoria.
Mario Andrade Mendoza, alumno de la Facultad de Lengua Francesa, realizó un semestre en la Universidad de Guadalajara (UdeG) y posteriormente una estancia de investigación de un mes en la Universidad Uniminuto de Bogotá, Colombia.
“La movilidad es una gran experiencia en cuanto al crecimiento personal y académico, no soy la misma persona que se fue a la que regresó”, puntualizó.
En la UdeG las clases son sesiones semanales de tres horas y tuvo que realizar un proyecto de investigación específico al finalizar cada una de las asignaturas. “Aunque fue un poco pesado, me pude adaptar bastante rápido gracias a los compañeros con quienes trabajé, fueron muy amables y no me hicieron sentir como foráneo”.
Después, durante su estancia de investigación de un mes en la Universidad Uniminuto realizó prácticas sobre didáctica de la escritura.
Reconoció que los horarios en la UdeG eran dinámicos porque la mayoría de los estudiantes ya son trabajadores y le pareció muy amplia la oferta cultural de Guadalajara.
“Colombia es distinto porque tienen el enfoque de investigación-acción, que implica un involucramiento directo con la población marginada”, dijo.
Cuando cursó su primera licenciatura, en Lengua Inglesa, tenía la intención de hacer movilidad y dado que su primer intento no resultó por varias causas, sugirió planear con un año de anticipación a todos los interesados en una experiencia de este tipo.
Augusto Ángel Ascorve Vázquez, alumno de la Facultad de Arquitectura, estuvo un año en la Universidad “Antonio Nariño” de Colombia y actualmente cursa un año en la Universidad de Chonqing en China, donde practica el idioma chino.
“La primera vez que apliqué la UV no tenía las opciones por carreras, solamente por universidades, tú mismo tenías que buscar las carreras” recordó el joven quien tuvo éxito también a su segundo intento de participación en el Promuv.
Ascorve Vázquez sugirió que para resolver cualquier duda los interesados acudan a las oficinas de la Coordinación de Programas de Movilidad en la Escuela para Estudiantes Extranjeros (EEE), o en las coordinaciones regionales donde pueden resolver sus dudas específicas y orientarlos respecto a los trámites.
Comentó además que en América Latina los mexicanos son siempre muy bien recibidos, “creo que deberíamos mirar menos hacia el norte y más hacia el sur, donde todos son amables y hemos tenido un gran impacto en su cultura”.
Al igual que los demás universitarios, reconoció que el proceso de obtención de los elementos de la convocatoria puede ser laborioso, por lo que también recomendó comenzar con un año de anticipación los trámites para quienes busquen un lugar en una institución del extranjero.
Uno de los sucesos que le causó un profundo impacto fueron los desplazados de Venezuela en Colombia y cómo la población responde a esta situación “que es compleja y que estamos comenzando a vivir en México”.
Karla Givette Loaeza Beureth, alumna de la Facultad de Música, cursó un semestre en el Instituto Superior de las Artes (ISA) en La Habana, Cuba, y posteriormente fue por parte de la Licenciatura en Lengua Francesa de la Facultad de Idiomas a la Universidad de Nantes en Francia.
“Mi primera aspiración era Canadá porque mataba dos pájaros de un tiro: estudiaba música y practicaba mi francés. La UV me aceptó sin beca, pero la universidad receptora había cerrado sus opciones de ingreso”, recordó.
Teniendo los documentos oficiales traducidos y una certificación de francés, pensó en desistir, pero sus profesores le sugirieron buscar otras opciones, entre ellas viajar a Cuba, que en un principio no la convenció, ni a sus familiares.
No obstante, abrazó la idea y viajó al ISA, donde recordó que “hubo muchísimas carencias, choques culturales, pero creo que ha sido la experiencia más enriquecedora, incluso más que Francia; me marcó muchísimo”.
En ese sentido, reconoció que “una forma de retribuirle a la Universidad esta experiencia es precisamente estar disponible para orientar el camino de los compañeros que se decidan por ser parte de movilidad”.
En particular, aconsejó a los estudiantes de Lengua Francesa que no se confíen y consulten todos los requisitos, así como mantenerse en contacto con las universidades receptoras en el extranjero, como en su caso, que debió registrarse en dos plataformas distintas y ser aceptada en ambas.
“Pasé frustración, me pregunté de qué servía tener buen promedio y dos carreras, ya no quería nada, pero cuando se resolvió todo y veía el atardecer desde La Habana o desde la torre Eiffel, es indescriptible, no tiene precio y sólo me queda decir gracias, porque a veces uno es necio y quiere que las cosas se den en un momento, pero hay que ser paciente y no dejar de insistir”, comentó.
“La UV te da la oportunidad de postularte para estudiar en otra universidad, pero ésta puede negar el acceso por diversas causas”, por ello recomendó establecer contacto con las instituciones en las que haya interés y hacer todas las preguntas necesarias, también informarse en la Coordinación de Movilidad de la UV acerca de los convenios existentes y sus características.
Arturo Piana Sánchez, alumno del programa de Educación Musical de la Facultad de Música, realizó una estancia en la Pontificia Universidad Javeriana en Colombia.
Remarcó la importancia de diferenciar entre la aceptación dentro de otra universidad con la obtención de una beca para cursar los estudios, dijo que “ésta puede ser un gran apoyo, pero les recomiendo que ahorren, más si piensan estudiar en otro país”.
Su experiencia fue posible gracias al apoyo de sus profesores y compañeros que se sumaron a la grabación de videos sobre su desempeño que debía enviar a la institución colombiana, un requisito esencial para su aceptación, por tal motivo recomendó a los estudiantes revisar muy bien los requisitos de las convocatorias de las universidades de su interés.
“La verdad es una experiencia que vale la pena, sí hay desesperación, frustración, angustia con la carta de aceptación, el dinero, pero al final es una experiencia de vida que no cambio por nada; todo lo que pasamos durante el trayecto, tuve momentos de estrés y prácticamente subí mis documentos 10 minutos antes de que cerrara la plataforma, arriesgándome a que fallara el Internet. Afortunadamente todo quedó y es cierto lo que dicen, al regresar uno no es el mismo y vale la pena toda la experiencia académica, de vida, los amigos que uno hace y experimenta siendo extranjero en otro país o siendo foráneo en otro estado”, manifestó el universitario.
Por: David Sandoval Rodríguez