Echándonos un clavado en las cifras del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2020, que muy probablemente será aprobado sin grandes cambios por el Legislativo, tenemos que para todo el sector salud se destina un total de 639,800 millones de pesos, frente a 579,300 millones de pesos del 2019. El aumento en términos nominales es de 10.44 por ciento.
La buena noticia es que, aún quitándole el efecto inflacionario, hay un incremento real de los recursos para atender la salud de la población el próximo año. En términos reales, el aumento será de 6.55 por ciento. De todos modos, no es suficiente para conseguir el incremento de 1% del PIB como fue la promesa de campaña del primer mandatario. Pero hay que reconocer que es algo positivo, sobre todo considerando que en los últimos años del sexenio anterior hubo notorios recortes al gasto en salud. Hoy la historia es otra y sí refleja mayor sensibilidad del gobierno actual.
Nos basamos en un análisis sobre el PPEF 2020 que amablemente nos compartió Enrique Martínez, director del Instituto Farmacéutico México (Inefam). Entre otras cosas, es de destacar que el IMSS absorbe la mitad del gasto en salud. Le tocarán 319,300 millones de pesos, y un aumento de 7.50% en términos reales. Pero no es de los que más elevarán su gasto. Ni tampoco la Secretaría de Salud con el Seguro Popular ni el ISSSTE, pues a éstos les elevarán entre 4 y 7% su presupuesto. Extrañamente, las instancias que más se beneficiarán del incremento del gasto en salud son las Secretarías de Defensa Nacional (Sedena) con un aumento real de 10.39% y la Secretaría de Marina, que se llevará casi una quinta parte (23.79%). A la primera le tocarán 6,400 millones y a Semar, 2,600 millones de pesos.
Un punto importante es que el presupuesto para el Seguro Popular está asegurado. Le fueron asignados 72,500 millones de pesos, y conforme están asignados los recursos siguen vigentes los canales por los cuales se ejercen, incluido el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (FPGC). Ya se verá si el equipo gobernante logra integrar por completo la iniciativa para reformar la Ley General de Salud, mediante la que prevén darle vida al Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), y que sea aprobada en el Congreso, pero en los hechos éste es inexistente —sólo existe en el discurso oficial— y el Seguro Popular sigue vigente con los fideicomisos que le respaldan y los recursos federales para mantener su operación.
Un punto relevante y crucial para lograr la reforma para dar vida al Insabi es que se reformen las leyes que tienen que ver con el resguardo de los fideicomisos, que es un tema muy delicado para el sector financiero, y es por donde podría seguirse atorando la reforma para desaparecer el Seguro Popular.
Continuando con el PPEF 2020, un problema que nos hacen ver los directivos del Inefam es el subejercicio que se viene arrastrando en el sector salud, pues sólo en el 2018 fue de al menos 15 por ciento. Enrique Martínez calcula que en este 2019 el subejercicio del gasto público está en un nivel de al menos 20%, y conforme al lento ritmo del gasto no se ve que en los últimos meses se logre acelerar para reducir dicho porcentaje. Y lo delicado de este dato es que esto al final eleva las compras por adjudicación directa y no son las que permiten los mejores precios, pues en ellas no hay competencia ni la mayor transparencia como se supone que es la estrategia del actual gobierno.
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Tomado de el Economista