¿Anarquistas o Conservadores?

Agustín Basilio de la Vega

En vísperas del 2 de octubre, El presidente López ha insistido en que los que han hecho destrozos en los comercios y monumentos históricos de la ciudad de México son “conservadores” y no anarquistas o revolucionarios de extrema izquierda. Durante las marchas conmemorativas de Ayotzinapa y a favor del aborto, encapuchados rompieron cristales e hicieron pintas ante la pasividad del gobierno.

El presidente ha dicho muchas veces que no caerá en provocaciones para evitar dar el gusto a “sus adversarios” que lo acusarían de represor. Parece que olvida que varios de sus colaboradores incluso han defendido y alabado a la liga 23 de septiembre y que han militado en agrupaciones comunistas radicales (Taibo, Salmerón etc.)

Morena es un movimiento constituido por ex-priistas, ex-perredistas, comunistas, trotzkystas, anarquistas, sindicalistas, Fidel castristas, izquierdistas etc.  También militan allí oportunistas ex-panistas y  ciudadanos de buena voluntad. Su ideología y principales postulados son marxistas y por ello pertenece a la organización internacional denominada “Foro de Sao Paolo” que busca establecer la igualdad por un camino que ha fracasado en todos los países que se ha intentado como Cuba y Venezuela.

Resulta por lo tanto lógico que el presidente no quiera poner en orden a los grupos radicales que siguen viendo en la “revolución” violenta como una forma  “dialéctica”  para acabar con el modelo “neoliberal” que según ellos enriquece a la “burguesía”. Detener a estos “provocadores” seria combatir a parte de sus electores.

El presidente en cambio ha echado la culpa de los desmanes a supuestos “conservadores”, término que él usa para señalar a millones de mexicanos que no concuerdan con sus programas y propuestas pero esto es absurdo, puesto que quienes no apoyan el populismo del lopezobradurismo,  son partidarios del estado de derecho y del imperio de la ley.

Además, el término “conservador” se acuñó en el siglo XIX para denominar a un partido en México por lo que es anacrónico. Los opositores a Amlo son los demócratas, los liberales que defienden el mercado, los defensores de los derechos humanos, los librepensadores, los social cristianos, los humanistas, y quienes en general promueven la democracia liberal.

Si el presidente sigue anclado en la historia y no es capaz de superar las rencillas, la división que agudiza, lejos de construir la paz seguirá polarizando a la sociedad destruyendo uno de los principales anhelos de la independencia de México: la unidad.

Hoy echar la culpa a supuestos “conservadores” de los desmanes o de que no puede construir las pistas en Santa Lucia, suena a justificación de la incompetencia para cumplir sus promesas de campaña. Si sigue así, mañana los acusará de no invertir y de que por ello la economía no crece o de que no hay confianza en México. Otros populistas también han tenido sus villanos favoritos: Hitler, el judaísmo internacional; Stalin, los capitalistas; Castro, el imperialismo Yanqui; y Trump, los indocumentados.

No se debe gobernar culpando a otros y menos a un colectivo imaginario, se debe corregir lo que está mal pues obras son amores y no buenas razones. El presidente debe asumir su responsabilidad y ser factor de unidad. Los opositores no atacamos a  la persona (del presidente) sino que combatimos el error (políticas públicas equivocadas).

@basiliodelaVega                         30 de septiembre de 2019