OPINION // DRA. CLAUDIA VIVEROS LORENZO// SIN MEDIAS TINTAS.

The Joker: un tema de salud mental.

Desde su estreno en la cartelera comercial esta semana, todos traen en la boca a el Joker, o lo que en español siempre hemos llamado, el Guasón. Este personaje retorcido y representativo de DC, creado por Jerry Robinson, Bill Finger y Bob Kane, que ha sido el archienemigo de Bruce Wayne, mejor conocido como Batman.

Desde la década de los 40 salió a la luz, en el comic impreso, y a través de la cinematografía lo hemos visto ser caracterizado por diferentes monstruos de la actuación. Desde César Romero (1966-1968), Jack Nicholson (1989), H. Ledger (2008), J. Leto (2016) y su más reciente personificación con J. Phoenix (2019). El Joker, es reconocido como uno de los 100 villanos más icónicos según el portal The Wizard.

Pero no, no querido lector, hoy no le voy a spoilear la cinta, esto no es una reseña de la película, no es mi intención quitarle las ganas de disfrutar con sus propios ojos, este estreno que ha tenido expectante a muchos y que cada quién con su propia perspectiva, le dará la valoración personal que quiera.

Lo que sí le quiero contar es que a mí después de verla, este fin de semana, me dejó con pensamientos entorno a lo importante de tratarnos bien los unos a los otros en sociedad, además de como ésta, nos influye de tal manera que puede desatar en una sola persona, emociones poco controlables, y esto a su vez, desencadenar acontecimientos inimaginables. Todos nacemos con un espíritu bueno, con esencia noble, con deseo de ser amados, aceptados, tolerados, comprendidos y con el afán de ser parte de un núcleo familiar, social y amical, que muestre interés por nuestro ser. Todos estos elementos, suponen, que construirán a un individuo positivo, que podrá desempeñar su papel dentro de la colectividad a la que pertenece.

Pero cuando esto no pasa, cuando nos sentimos vacíos, solitarios, perdidos, incomprendidos, poco valorados, engañados, vapuleados una y otra y otra vez, nuestras reacciones pueden llegar a ser poco sospechadas. Jokers hay un montón a lo largo de la historia. Sujetos que llevan consigo una historia tan dramática, que su psique colapsa, haciendo que su temperamento, carácter y personalidad, se distorsione, cruzando las delgadas líneas entre el bien y el mal y traspasando límites donde ya, no importa el daño que puedan provocar, nada satisface ni cubre, el que ellos arrastran.

Podemos hablar de casos como el de Charles Manson, Thug Behram, Luis Alfredo Garavito “La Bestia”, Gilles de Rais o John Wayne Gacy. Todos con historias turbias desde la infancia, que ayudaron a hacer de ellos criaturas, con grandes conflictos de conducta y valores. La salud mental, es un tema de gran importancia que se está dejando de lado y en lo más recóndito de la agenda gubernamental de la mayoría de los países. Queremos vivir, aparentando que no es tema de consideración de primera mano, y no se le da la trascendencia adecuada al problema social que representa. La psicosis y la neurosis son enfermedades de salud mental que van muy de la mano con el homicidio y el suicidio. Son las más comúnes pero no las únicas, podríamos hablar de distimia, ansiedad, agorafobia, depresión, trastorno por manía, etc. Los hospitales psiquiátricos por desgracia no abundan, son mal atendidos y mal entendidos.

¿Qué hacemos con nuestros posibles Jokers? A algunos los vemos deambulando por la calle, sucios y hambrientos. A otros delinquir. El problema está ahí, en esta sociedad destructiva, que se empeña cada vez más, en solo ver el lado bello de la “moneda”. Queriendo creer que la “moneda”, sí, sí, esa “maldita moneda” es lo más valioso, sin comprender que al final de cuentas es lo de menos, pero en caso de que queramos verlo desde el punto de vista económico, pues le dejo el dato de que sí, la salud mental tiene un alto impacto en la productividad laboral. Todos tenemos un trasfondo y por favor no quiera creer, que al señalarlo estoy minimizando o quitando responsabilidades. Lo que sí me gustaría, más que quitar, es que todos tomáramos nuestra parte y replanteáramos la situación para no seguir generando más Jokers.