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EuropaPress

“Estoy convencido de que encontramos evidencia de vida en Marte en la década de 1970“, asegura Gilbert V. Levin, que fue investigador principal de un experimento de la misión Viking de la NASA a Marte.

El experimento Labeled Release (LR) en la misión Viking reportó resultados positivos de respiración microbiana, aunque la mayoría los descartó al considerarlos producto de reacciones químicas inorgánicas.

El 30 de julio de 1976, el LR devolvió sus resultados iniciales de Marte. Sorprendentemente, fueron positivos. A medida que avanzaba el experimento, un total de cuatro resultados positivos, respaldados por cinco controles variados, fluyeron desde las naves espaciales gemelas Viking aterrizando entre sí a seis mil kilómetros de distancia.

Según explica Levin en un artículo publicado ahora en Scientifc American, las curvas de datos señalaron la detección de la respiración microbiana en el planeta rojo. Las curvas de Marte fueron similares a las producidas por las pruebas LR de suelos en la Tierra. “Parecía que habíamos respondido esa última pregunta”, dice.

Sin embargo, cuando el Experimento de Análisis Molecular no pudo detectar la materia orgánica, la esencia de la vida, la NASA concluyó que el LR había encontrado una sustancia que imitaba la vida, pero no la vida. Inexplicablemente, –subraya Levin– durante los 43 años transcurridos desde Viking, ninguno de los posteriores aterrizadores de Marte de la NASA ha llevado un instrumento de detección de vida para dar seguimiento a estos emocionantes resultados. En cambio, la agencia lanzó una serie de misiones a Marte para determinar si alguna vez hubo un hábitat adecuado para la vida y, de ser así, eventualmente traer muestras a la Tierra para su examen biológico.

LA NASA IGNORA LA SENCILLA PRUEBA DE PASTEUR

A su juicio, la reserva de la NASA contra la búsqueda directa de microorganismos ignora la simplicidad de la tarea realizada por Louis Pasteur en 1864. Permitió que los microbios contaminen un caldo de infusión de heno, después de lo cual aparecieron burbujas de su gas expirado. Antes de contener microorganismos vivos, no aparecieron burbujas. (Pasteur había determinado anteriormente que calentar, o pasteurizar, una sustancia de este tipo mataría a los microbios).

Esta prueba elegante y simple, –según el científico– actualizada para sustituir los nutrientes microbianos modernos con los productos de infusión de heno en Pasteur, es utilizada diariamente por las autoridades sanitarias de todo el mundo para examinar el agua potable. Miles de millones de personas están así protegidas contra los patógenos microbianos.

Esta prueba estándar, en esencia, fue la prueba LR en Marte, modificada por la adición de varios nutrientes que se cree que amplían las posibilidades de éxito con organismos extraños, y el etiquetado de los nutrientes con carbono radiactivo, explica. Estas mejoras hicieron que el LR fuera sensible a las poblaciones microbianas muy bajas postuladas para Marte, si hubiera alguna, y redujo el tiempo de detección de microorganismos terrestres a aproximadamente una hora, agrega.

Pero en Marte, –expone– cada experimento de LR continuó durante siete días. Se agregó un control de calor, similar al de Pasteur, para determinar si alguna respuesta obtenida fue biológica o química.

El Viking LR buscó detectar y monitorear el metabolismo en curso, un indicador muy simple y a prueba de falsos avisos de microorganismos vivos. Se realizaron varios miles de ejecuciones, tanto antes como después de Viking, con suelos terrestres y cultivos microbianos, tanto en el laboratorio como en entornos naturales extremos. No se obtuvieron resultados falsos positivos o falsos negativos. Esto respalda firmemente la fiabilidad de los datos de LR, a pesar de que se debate su interpretación, afirma Levin.