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Impacto de la innovación tecnológica

Impacto de la innovación tecnológica

Una de las características principales de la innovación tecnológica es que ésta ocurre tan rápidamente que a los gobiernos no les da tiempo de actualizar el marco legal existente. ¿Por qué actualizarlo? Pues porque las nuevas tecnologías tienen como consecuencia transformar todo el entorno del mercado, creando oportunidades donde antes no las había o viabilizando la oferta de nuevos servicios que compiten contra otros ya establecidos.

Por ejemplo, el advenimiento del mundo digital ha significado para muchas legislaciones un dolor de cabeza en términos impositivos ya que durante mucho tiempo no sabían cómo o cuándo recolectar impuestos sobre ventas. También el surgimiento de la nueva economía digital ha forzado a más de un gobierno a definir los roles de las personas involucradas durante la vida de una transacción comercial. O sea, desde que se inicia una compra hasta que se entrega la mercancía/servicio y de esta manera poder velar por los derechos laborales de quienes reciben una compensación económica para que la nueva empresa pueda existir como negocio.

Si nos remontamos al siglo XIX, vemos que la aparición del telégrafo forzaba al gobierno del Reino Unido a adoptar el Acta del Telégrafo de 1863 que imponía regulación sobre la construcción de la infraestructura necesaria para la oferta de este servicio. Ya este documento contemplaba algo que ha tomado numerosas décadas a algunos países de América Latina: la afirmativa ficta. Ante el vencimiento del periodo que legalmente estipula el gobierno central para que una solicitud para la construcción de infraestructura sea respondida, la no respuesta se entiende como autorización de la solicitud.

Los tiempos cambias y con ellos también la tecnología. Parte de este cambio se da en el mundo intangible, o sea en aquello relacionado con el espectro de radiofrecuencias que es el insumo necesario para todo tipo de transmisiones inalámbricas. Dentro de este mundo, pocas personas podrían negar que ha sido las comunicaciones móviles las que finalmente han democratizado el acceso a los servicios de telecomunicaciones que históricamente se centraban en zonas urbanas y de alto poder adquisitivo.

Estas mismas tecnologías móviles son actualmente protagonistas de miles de emprendimientos que impulsan el desarrollo económico y ayudan a mejorar la calidad de vida de millones de personas alrededor del mundo. Pero estas tecnologías no son estáticas y han ido evolucionando a pasos agigantados. Cuando apenas hace veinte años el principal servicio de datos era un mensaje de texto, ahora cada teléfono móvil que accede a redes de 4G y desde hace meses a 5G es una mini-computadora que permite a su usuario todo tipo de aplicaciones audiovisuales.

Sin embargo, así como en 1863 las autoridades inglesas decidieron facilitar el despliegue de redes de telégrafo es necesario que en la actualidad sus contrapartes alrededor del mundo hagan lo mismo con el acceso a espectro radioeléctrico. Sobre todo en bandas medias y bandas milimétricas si lo que se busca es viabilizar la llegada de 5G más temprano que tarde.

El problema son los detractores que se aferran a las antiguas decisiones gubernamentales y afirman que hacer nuevos estudios de para determinar cuál tecnología es más eficiente en distintas franjas de espectro radioeléctrico pues en el pasado ya se había hecho una determinación al respecto. Este tipo de comportamiento tiene como víctima al consumidor, quien se ve privado de utilizar las tecnologías más costo-eficientes para cada frecuencia o al menos, en caso de dos ser viables, ver la coexistencia de las mismas.

5G ya es una realidad en muchos mercados del mundo y las frecuencias seleccionadas por los países de América Latina determinarán cuales son las que alcanzarán economías de escala en un menor periodo de tiempo. O sea, ese punto donde los precios de acceder a la tecnología sean accesibles para la mayoría de la población permitiendo su masificación.

Tomado de El Economista.