José Urquidy convirtió incertidumbre en oro, cuando guió a los Astros de Houston al triunfo 8-1 sobre los Nacionales de Washington, con el que empataron a dos juego una Serie Mundial que parecía inclinada de un lado.
En su temporada de novato, el mexicano fue elegido por el manager AJ Hinch para subirse a la lomita con la tarea de lanzar algunas entradas lo suficientemente sólidas, que permitieran al bullpen hacerse cargo del resto. Urquidy entregó eso y mucho más.
El sinaloense disipó las dudas y se adueñó del montículo desde el primer pitcheo. Un repertorio de curvas y rectas indescifrables le permitieron lanzar cinco entradas en blanco. Apenas dos imparables permitidos y cuatro ponches fueron su herencia en un duelo donde se unió a Fernando Valenzuela como los únicos nacidos en México que presumen una apertura con triunfo en el Clásico de Otoño.
Josh James relevó al pitcher mazatleco y, tras meterse problemas y permitir una carrera, fue relevado por Will Harris, que se encargó de encarrilar el barco.
El trabajo del mexicano fue respaldado por la ofensiva de Houston, que necesitaba salir de Houston para ponerse las pilas. Atacaron temprano a Patrick Corbin para irse al frente en el primer rollo con carreras de José Altuve y Michael Brantley.
En la cuarta, Robinson Chirinos se fue para la calle con Carlos correa en los senderos para el 4-0.
La distancia se volvió inalcanzable con un grand slam de Alex Bregman en la séptima ante los lanzamientos de Fernando Rodney.
Al final, fueron 67 lanzamientos los que llevaron a Urquidy a vivir una noche triunfal y memorable.
Foto de Reuters.