La aplicación de mensajería en linea WhatsApp, propiedad de Facebook, anunció este jueves que su versión para dispositivos Android ya dispone de un sistema de reconocimiento de huella dactilar mediante el cual puede ser bloqueada y desbloqueada.
Esta función, que ya estaba disponible para teléfonos iPhone mediante Touch ID, permite establecer un doble nivel de seguridad, ya que para acceder a la aplicación no bastará con haber desbloqueado el teléfono, sino que será necesario volver a identificarse.
Para activarla, el usuario deberá acceder al menú de configuración de WhatsApp, y desde allí ir a “cuenta”, “privacidad” y “Bloqueo mediante huella dactilar“, explicó la empresa en una entrada en su blog.
Creada en 2009 y adquirida por Facebook en 2014, WhatsApp es la aplicación de mensajería online más usada del mundo, por delante de la propia Messenger de Facebook y de la china WeChat.
Este mismo jueves se conoció que la aplicación ha alcanzado el 93,1 por ciento de usuarios entre quienes utilizan un teléfono móvil inteligente en España, según la encuesta Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Sin embargo, la plataforma es objeto de críticas cada vez más habituales por sus vulnerabilidades y presunta falta de protección ante los ataques a la privacidad de los usuarios, y el hecho de que sea propiedad de Facebook sólo contribuye a ahondar aún más en este problema de imagen pública.
El martes, la compañía que dirige Mark Zuckerberg presentó en Estados Unidos una demanda contra la firma tecnológica israelí NSO Group, a la que acusa de haber hackeado teléfonos de particulares al haberlos infectado con su software espía precisamente a través de WhatsApp.
La querella fue presentada en los juzgados federales del distrito norte de California, con sede en San Francisco, y en ella se especifica que la supuesta campaña de NSO Group fue dirigida contra alrededor de un centenar de periodistas y activistas defensores de los derechos humanos, entre otros.
Según Facebook, el grupo israelí analizó al detalle la aplicación de WhatsApp y desarrolló un programa capaz de emular de forma precisa el tráfico de red en la plataforma, lo que le permitió transmitir código maligno sin ser detectado por sus servidores.